Categoría: Filosofía y Consciencia

Reflexiones sobre el pensamiento, la consciencia y la búsqueda interior

  • Cuando la Idea Precede a la Acción, Nace el Conflicto

    Cuando la Idea Precede a la Acción, Nace el Conflicto

    «Si primero está la idea y luego la acción, esta va a generar conflicto. Una acción impulsada por una idea no te va a liberar jamás.»

    ¿De dónde nace la acción que vos hacés? Esta pregunta es fundamental porque revela por qué vivimos en permanente conflicto. La respuesta que descubrimos acá te va a mostrar por qué ninguna idea—política, religiosa o social—jamás solucionó nada.

    💭 El Problema Fatal: Cuando la Idea Viene Primero

    En nuestra sociedad, primero viene la idea y después la acción. Y este orden está completamente invertido.

    Cuando la idea está primero:

    • La acción se basa en una simple idea
    • No será una acción real, sino una imitación
    • Es la imposición de una idea
    • La acción queda al servicio de la idea

    Es evidente que la construcción de ideas perjudica a la acción.

    ⚔️ Las Ideas Generan Antagonismo y División

    Las ideas políticas, las ideas religiosas, las ideas sociales… ¿te va bien con alguna?

    Las ideas generan más ideas. Y cuando aparecen, al basarnos en ellas, aparece:

    • El yin y el yang
    • El antagonismo
    • La dualidad

    ¿Por qué? Porque uno piensa una cosa y el otro piensa lo opuesto. Son todo ideas y son opuestas. Por esto es que la sociedad no tiene equilibrio.

    «Nuestra sociedad cultiva las ideas en detrimento del ser. Es por lo que las ideas nos asfixian.»

    🔗 La Cadena Destructiva: Lenguaje → Pensamiento → Idea → Conflicto

    ¿De dónde nace la idea? Mirá esta cadena:

    1. La sociedad te enseña el lenguaje (no a pensar)
    2. Del lenguaje surge el pensamiento
    3. Del pensamiento surge la idea
    4. De la idea surge el conflicto

    ¿Qué te enseña la sociedad primero? ¿A pensar o el lenguaje?

    Te enseña el lenguaje para que seas un idiota.

    Te enseña a repetir cosas: papá, mamá, dos más dos cuatro, tres más tres seis. Y te programa sentimentalmente con un lenguaje para que vos con ese lenguaje hables adentro tuyo de cómo deben ser las cosas y le hables a los demás de cómo deben ser las cosas.

    💥 El Choque Permanente con la Realidad

    Entonces, con la realidad vos:

    • Chocás
    • Chocás
    • Chocás
    • Chocás
    • Chocás

    Gastás todas tus defensas. Hacés mierda todo tu cuerpo.

    ¿Por qué? Porque todo nace del lenguaje. El pensamiento nace del lenguaje, y las ideas nacen del pensamiento.

    🤫 La Solución: El Silencio Como Origen de la Acción Verdadera

    Entonces, no hables hacia adentro y no hables hacia afuera.

    Ahora, por primera vez, ese silencio es tu paz interior. Ese es el ser, esa es la divinidad dentro tuyo. Ese silencio, esa presencia, ese vacío, eso es lo que realmente sos.

    «Cuando la acción nace de ese vacío, no busca una intención, no busca un resultado. Hace lo que tiene que hacer desinteresadamente, sin buscar nada y sin querer nada.»

    No estás haciendo esfuerzo. Es todo amor, porque no hay intención de nada. Es toda perfección. No nace de una idea.

    🧠 La Memoria: Tu Cárcel Mental

    ¿Qué es el pensamiento que da origen a las ideas?

    Es una respuesta de:

    1. Los cinco sentidos a una sensación (respuesta del sistema nervioso)
    2. La memoria almacenada (respuesta psicológica de todo lo acumulado)

    Es tu historia personal, todo lo que leíste, lo que considerás vos, lo que leíste de otro.

    Entonces con eso me vas a arreglar a mí, que no tiene nada que ver mi karma con toda la pelotudez que me querés decir vos.

    🎭 Cómo la Memoria Te Programa

    El pensamiento es una respuesta de tu memoria. Sin memoria, o con la mente vacía, no existe pensamiento.

    Ejemplos de cómo funciona:

    • Uno ha almacenado lo que es «ser argentino», por lo que nos llamamos argentinos y respondemos a otra nacionalidad como distinta
    • Alguien nos insulta, lo guardamos en la memoria y respondemos con ese recuerdo a aquel insulto
    • Cada vez que te veo, te tengo montado arriba un prejuicio

    Así, el proceso de pensar con la memoria está condicionado por todo tu pasado.

    ⏰ La Ilusión del Pasado en el Presente

    La memoria en sí no tiene vida. Tu memoria es simplemente un programa. Vos tenés vida, no tu programa mental.

    Y estás condicionada por esa memoria, por ese pasado. Ese pasado cobra vida cuando vos lo empezás a recordar en el presente.

    ¿Qué es el pasado? ¿Existe en el presente? No puede existir por sí solo, existe cuando vos lo recordás en el presente, es tu memoria.

    «La memoria no tiene vida, cobra vida a través del pasado en el presente como un recuerdo. Pero debemos saber que cualquier recuerdo latente, activo, está condicionado por tu pasado, por la memoria, por el pensar.»

    Qué miedoso, ¿no?


    Transcripción Completa del Audio

    Gustavo: Y ahora. La naturaleza de la acción. La naturalidad de la acción. ¿Nace de una idea la acción? ¿De dónde nace la acción que vos hacés? Si primero está la idea y luego la acción, esta va a generar conflicto. Elaboramos una idea alrededor de esta. Si la idea está primero, entonces la acción se basa en una simple idea y no será una acción, sino una imitación, la imposición de una idea, por lo que la acción está al servicio de la idea. Esto es porque en nuestra sociedad primero viene la idea y después la acción. Y es evidente que la construcción de ideas perjudica a la acción. Las ideas políticas, las ideas religiosas, las ideas sociales, ¿te va bien con alguna?

    Participante: No.

    Gustavo: Bien, ya entendiste. Las ideas generan más ideas. Cuando aparecen, al basarnos en ellas, aparece el yin y el yang, el antagonismo, la dualidad, porque uno piensa una cosa y el otro piensa el otro, son todo ideas y son opuestos y es por esto que la sociedad no tiene un equilibrio. Con este proceso de las ideas, por tener estas ideas siempre antagonismos, nuestra sociedad cultiva las ideas en detrimento del ser. Es por lo que las ideas nos asfixian.

    Una acción impulsada por una idea no te va a liberar jamás. Si la idea determina esa acción, no se van a solucionar tus problemas. Y esto es porque la idea en el presente no se convierte en la acción.

    Entonces, ¿dónde nace la idea? La idea surge del pensamiento, esta de la palabra, la palabra de la sociedad y el lenguaje antes que es su producto, la idea. Es decir, que a vos, ¿qué te enseña la sociedad primero? ¿A pensar o te enseña el lenguaje?

    Participante: El lenguaje.

    Gustavo: Te enseña el lenguaje para que seas un idiota. Entonces te enseña a repetir cosas: papá, mamá, dos más dos cuatro, tres más tres seis y te programa sentimentalmente con un lenguaje para que vos con ese lenguaje hables adentro tuyo de cómo deben ser las cosas y le hables a los demás de cómo deben ser las cosas. Entonces, con la realidad vos chocás, chocás, chocás, chocás, chocás, gastás todas tus defensas, hacés mierda todo tu cuerpo. Porque nace del lenguaje, el pensamiento nace del lenguaje. Entonces, no hables hacia adentro y no hables hacia afuera. Ahora, por primera vez, ese silencio es tu paz interior. Ese es el ser, esa es la divinidad dentro tuyo. Ese silencio, esa presencia, ese vacío, eso es lo que realmente sos. Entonces, cuando la idea o la acción nace de ese vacío, no busca una intención, no busca un resultado. Entonces hace lo que tiene que hacer desinteresadamente, sin buscar nada y sin querer nada. No estás haciendo esfuerzo, no estás haciendo esfuerzo, es todo amor eso, porque no hay intención de nada, es todo amor, es toda perfección. No nace de una idea.

    ¿Qué es el pensamiento, la palabra y la sociedad? El pensamiento que da origen a las ideas es una respuesta de los cinco sentidos a una sensación, una buena respuesta psicológica de la memoria almacenada, acumulada que tenés grabada por los demás. Es decir, es tu historia personal, todo lo que leíste, lo que considerás vos, lo que leíste de otro. Entonces con eso me vas a arreglar a mí, que no tiene nada que ver mi karma con toda la pelotudez que me querés decir vos. Lo primero es una respuesta del sistema nervioso, una sensación. Lo segundo es una respuesta psicológica de la memoria almacenada. Por lo tanto, el pensamiento es una respuesta de tu memoria que sin memoria o la mente vacía, no existe pensamiento. Uno ha almacenado lo que es ser argentino, por lo que nos llamamos a sí mismos argentinos, no responde a otra nacionalidad como distinta. Alguien que nos insulta, lo guardamos en la memoria y respondemos con ese recuerdo a aquel insulto. Entonces, cada vez que te veo te tengo montado arriba un huevo. Así, el proceso de pensar con la memoria está condicionado por todo tu pasado. La memoria en sí no tiene vida. Tu memoria es simplemente un programa, vos tenés vida, no tu programa mental y estás condicionada por esa memoria, por ese pasado. Y ese pasado cobra cuando vos lo empezás a recordar en el presente. ¿Qué es el pasado? ¿Existe en el presente? No puede existir por sí solo, existe cuando vos lo recordás en el presente, es tu memoria. La memoria no tiene vida, cobra vida a través del pasado en el presente como un recuerdo, pero debemos saber que cualquier recuerdo latente, activo, está condicionado por tu pasado, por la memoria, por el pensar.

    Participante: Qué miedoso.

  • La Acción Correcta: Vivir Desde el Vacío, No Desde el Deseo

    La Acción Correcta: Vivir Desde el Vacío, No Desde el Deseo

    «Vivimos en la acción y si esta no existe, no hay vida. Pero hay dos tipos de acción: una acción completa que nace del vacío y una acción incompleta que nace de la programación.»

    Después de la visión correcta y el pensamiento correcto, llegamos a la tercera virtud espiritual: la acción correcta. Y acá está la clave de todo, porque la acción es movimiento, es vida, es energía. Sin acción, no hay vida.

    Pero ojo, el pensamiento también es acción. Y aquí viene el descubrimiento que te va a volar la cabeza.

    🎭 Los Dos Tipos de Acción: Completa e Incompleta

    Existen dos tipos de acción radicalmente diferentes:

    1. La Acción Incompleta (desde el ego programado):

    • Vemos simplemente nuestro sentir, nuestro pensar, nuestros recuerdos
    • Es nuestra historia personal
    • Estamos condicionados por el programa que nos contaron los demás
    • Pensamos y sentimos con un «yo»

    Este ego es el programa que te instalaron. Te programaron la religión, la cultura, la educación, la familia. Y vos respondés a la realidad con ese programa. Esa es una acción incompleta.

    2. La Acción Completa (desde el vacío):

    • Surge de ver la totalidad tal cual es
    • Le decís a tu programa: «No te voy a escuchar»
    • Corrés a tu propia identidad del yo: «No sos importante para mí»
    • Actuás desde el vacío, tu verdadero yo

    Cuando corrés ese centro y queda, como decía Lao Tse, el vacío. Y ese vacío es tu verdadero yo. Y cuando mirás desde ese yo, la acción es completa.

    🎯 El Actor Nace del Resultado (No al Revés)

    Acá viene algo crucial que tenés que entender:

    «La acción crea el actor y este surge como parte de un resultado. Si este actor no nace de un resultado, no existe el actor.»

    ¿Qué significa esto? Que vos sos un actor programado para actuar ante la realidad como te contaron los demás. El actor nace de tu programación, que es el resultado de todo lo que te enseñaron.

    Si no hay programación, el actor no puede salir. Se acabó el actor.

    😫 El Conflicto Eterno del «Querer Ser»

    Mirá cómo funciona tu vida programada:

    • «Soy pobre y quiero ser rico»
    • «Soy feo y quiero ser lindo»
    • «Soy gordo y quiero ser flaco»

    Mi vida es un proceso constante de llegar a ser siempre algo, de querer algo, de buscar algo. Siempre el deseo.

    Y esto es una lucha, es un conflicto. Soy esto y quiero ser aquello.

    Estás en permanente tensión, estás queriendo ser flaco. Todo es esfuerzo, tensión y eso no es algo permanente, no lo podés tener como permanente.

    ❓ La Pregunta Que Lo Cambia Todo

    La pregunta fundamental es esta:

    ¿Existe alguna acción sin propósito, sin el actor, sin el deseo de un resultado?

    ¿Existe una acción sin que busque algo, sin que busque el deseo, la necesidad de ser alguien?

    La respuesta es SÍ. Y esa es la acción desde el vacío.

    🕳️ El Vacío: Ya Sos Todo, No Necesitás Llegar a Ser

    Cuando no hay un actor que quiere hacer dieta, no hay un actor que quiere hacer ejercicio, es tu vacío el que actúa:

    • Tu vacío hace ejercicio
    • Tu vacío come lo que tiene que comer
    • Tu vacío elige porque sabe qué comer
    • Tu vacío elige cómo ejercitarse

    Y acá está la magia: Tu vacío no hace ningún esfuerzo, no busca nada, simplemente ya es lo que quiere ser.

    «El vacío ya consiguió todo, porque todo es vacío.»

    🏠 La Metáfora Perfecta del Vacío

    «Esta casa tiene un vacío de 20 x 30, en el que caben tres pisos. Después la sacás, ponés una de cinco, la sacás, ponés una de diez, la sacás, no ponés nada. El vacío estuvo, está y estará toda la vida.»

    Ese vacío:

    • No busca ser alguien, ya es alguien
    • Como es alguien, puede tomar todas las formas
    • No necesita llegar a ser, porque ya ES

    Pero si hay un yo como centro que manda, esto no puede tener ninguna forma. Porque el centro dice que él quiere ser así, que él quiere ser asá… todo está mal. Siempre está buscando algo más:

    Si tiene tres pisos quiere cinco, si tiene cinco quiere tres. Siempre va a querer algo, ser alguien. Porque el no-ser quiere ser y nunca va a llegar a ser. El ser ya es, entonces no quiere ser.

    💡 La Clave Final: No Llegás al Vacío, SOS el Vacío

    «¿Cómo llego al vacío?»

    No llegás, vos SOS el vacío.

    Nada más que tu programa mental no te deja ser el vacío, porque vos todo lo tratás de resolver con tu yo, con tu programa y tus necesidades.

    Cuando sacás tu necesidad, ahí siempre estuvo el vacío. Vos sos el vacío, todo es vacío.


    Transcripción Completa del Audio

    Gustavo: Bien. La acción correcta. ¿Qué es la acción correcta? Que vienen de la visión y del pensamiento correcto. Visión, pensamiento, acción. ¿Qué es la acción? ¿Cómo funciona? Vivimos en la acción y si esta no existe, no hay vida.

    Pensamiento y experiencia. El pensamiento es acción, pero existen dos tipos de acción: una acción a nivel consciente, comprendiendo la totalidad de la verdad y la realidad, y la acción incompleta en la que vemos simplemente nuestro sentir, nuestro pensar, nuestros recuerdos, es decir, nuestra historia personal y eso estamos condicionados por ellos. Es decir, la acción es movimiento, es vida.

    Participante: Es energía.

    Gustavo: Y el pensamiento es acción, pero hay dos tipos de acción. Hay una acción que es incompleta, la cual nosotros pensamos con yo y sentimos con yo.

    Participante: Con un yo. Sí.

    Gustavo: El ego ese es nuestra historia personal, es el programa que nos contaron los demás que debemos responder a la realidad con ese programa y ya estamos programados. Esa es una acción incompleta.

    Participante: Sí.

    Gustavo: Y está la acción completa, la que surge de ver la totalidad, de ver la totalidad tal cual es. Entonces ya corrés a tu programa y le decís, no te voy a escuchar, a tu propia identidad de yo, a ese centro que funciona como yo le decís, correte, no te voy a tener como centro, no sos importante para mí. Entonces el yo que te dice que te da bronca esto, que te preocupa esto, que tenés miedo…

    Participante: Como armado.

    Gustavo: … ese…

    Sí, como armado, no, totalmente armado y programado por la religión, por la cultura, por la educación, por la familia.

    Entonces, por uno mismo, las experiencias, pero mezclado con todo lo otro, no es uno mismo. Entonces ahora corre ese centro y queda como decía Lao Tse, el vacío. Y ese vacío es tu verdadero yo. Y cuando mirás desde ese yo, la acción es completa.

    Participante: Okay.

    Gustavo: La acción crea el actor y este surge como parte de un resultado. Si este actor no nace de un resultado, no existe el actor. Es decir, que el actor nace de un resultado y el resultado es tu programación. Es decir, que vos sos un actor programado para actuar ante la realidad como te contaron los demás.

    Participante: Bueno.

    Gustavo: Bueno. Ahora, si no hay una programación, el actor no puede salir, se acabó el actor. Es decir, la acción tiene una finalidad, que ese actor dice cómo deben ser las cosas. Debemos observar y comprender esto para poder transformarlo. Soy pobre y quiero ser rico, soy feo y quiero ser lindo. Mi vida es un proceso constante de llegar a ser siempre algo, de querer algo, de buscar algo.

    Participante: Deseos.

    Gustavo: Quiero ser gordo y quiero ser flaco, siempre el deseo. Y esto es una lucha, es un conflicto. Soy esto y quiero ser aquello. Ahora, la pregunta que yo me hice para encontrar todo eso, ¿existe alguna acción sin propósito, sin el actor, sin el deseo de un resultado?

    Participante: A ver, a ver, a ver, ¿existe una acción sin…?

    Gustavo: Sin el actor, sin que busque algo, sin que busque el deseo, la necesidad de ser alguien. De esta manera, en el momento de la experiencia, uno no es consciente de sí mismo como distinto a la experiencia y solo existe el estado de experiencia y así surge el experimentador igual a la experiencia. El actor y la acción son lo mismo. El resultado, el cual busca la acción y crea el actor. La acción no nace del resultado. Entonces no existe actor para la finalidad. La experiencia y el experimentador no existe una barrera. ¿Cómo es esto?

    Participante: Se me perdió la última.

    Gustavo: Espérate, ¿cómo es esto? Nosotros, el actor siempre busca una necesidad de la acción. Soy gordo y quiero ser flaco.

    Participante: Sí, un sí.

    Gustavo: Pero entonces es una lucha para ser flaco. Estás en permanente tensión, estás queriendo ser flaco. Estás queriendo ser flaco, entonces buscás una tensión, buscás un esfuerzo siempre. Todo es esfuerzo, tensión y eso no es algo permanente, no lo podés tener como permanente. Ahora, si simplemente no hay un actor que quiere hacer la dieta, no hay un actor que quiere hacer ejercicio, ahora es tu vacío el que hace ejercicio, es tu vacío el que come lo que tiene que comer y tu vacío elige porque sabe qué comer. Tu vacío elige cómo ejercitarse y tu vacío no es ningún esfuerzo, no busca nada, simplemente ya es lo que quiere ser. Ya es lo que quiere ser. El vacío ya consiguió todo, porque todo es vacío.

    Participante: Sí, sí, sí, está bien.

    Gustavo: El vacío es todo.

    Participante: Pero, ¿cómo llego al vacío?

    Gustavo: No, no llegás, vos sos el vacío. Nada más que tu programa mental no te deja ser el vacío, porque vos todo lo tratás de resolver con tu yo, con tu programa y tus necesidades. Cuando sacás tu necesidad, ahí siempre estuvo el vacío. Vos sos el vacío, todo es vacío. Esta casa tiene un vacío de 20 x 30, en el que caben tres pisos. Después la sacás, ponés una de cinco, la sacás, ponés una de diez, la sacás, no ponés nada. El vacío estuvo, está y estará toda la vida. Ese vacío no busca ser alguien, ya es alguien. Y como es alguien, puede tomar todas las formas. Pero si no hubiese un vacío, hay un yo como centro que manda, ya esto no puede tener ninguna forma, porque le dice el centro que él quiere ser así, que él quiere ser… todo todo todo está mal. Siempre está buscando algo más. Si tiene tres pisos quiere cinco, si tiene cinco quiere tres. Siempre va a querer algo, ser alguien. Porque el no ser quiere ser y nunca va a llegar a ser. El ser ya es, entonces no quiere ser. Esa es la primera reflexión sobre la acción en movimiento. Porque hay una acción de dos tipos: una acción completa que nace del vacío y una acción incompleta que nace de la programación.

    Participante: Okay.

  • La Palabra es el Origen del Pensamiento: El Descubrimiento que Cambia Todo

    La Palabra es el Origen del Pensamiento: El Descubrimiento que Cambia Todo

    «Si no existiera la palabra, no existiera el lenguaje, ¿pensarías algo? La palabra es el origen del pensamiento. Cuando te callas y hay silencio, se detiene el habla, se detiene el pensamiento. Porque la palabra y el pensamiento son lo mismo.»

    Esta conversación empieza con algo fundamental. Nosotros tenemos cinco emociones humanas: ira, euforia, preocupación, angustia y miedo. Pero también venimos con cinco virtudes espirituales para equilibrar: la visión correcta, el pensamiento correcto, la acción correcta, el entendimiento correcto y el esfuerzo correcto.

    Pero aquí viene la pregunta que lo cambia todo: ¿Cuál es el centro de donde pensamos?

    🗣️ El Descubrimiento: Sin Palabra No Hay Pensamiento

    Mirá, vamos a ir directo al grano con preguntas simples:

    Si no existiera la palabra, si no existiera el lenguaje, ¿pensarías algo? Pensalo bien.

    El lenguaje que te enseñaron es tu pasado. Vos hablás castellano, ¿por qué? Porque te lo enseñaron. Todo lo que hablás es lo que te enseñaron.

    Y ahora la pregunta clave: Si vos no hablaras, si no hubieses aprendido a hablar, ¿qué pensamiento habría? Antes de que aprendieras a hablar, ¿qué pensamiento habría?

    Ninguno. Absolutamente ninguno.

    La palabra es el origen del pensamiento. Vos podés pensar y sentir porque te enseñaron a hablar.

    🧠 La Programación Mental: Primero Hablar, Después Pensar

    Acá viene algo crucial que tenés que entender. Cuando nacés, ¿te enseñan a hablar o te enseñan a pensar?

    Te enseñan a hablar.

    ¿Y por qué? Te enseñan a hablar para grabarte todo. Te queda grabado el programa mental y el sentimental. Te grabó todo y después vos empezás a pensar.

    «Primero te enseñan a hablar y después a pensar. Por lo tanto, la palabra es la que engendra al pensamiento.»

    Por eso es que vos ahora pensás con el corazón y hay cosas que no concuerdan. Ya las tenés grabadas y se te arma una contradicción tremenda. ¿Por qué? Porque claro, primero te enseñan a hablar—te programan—y después empezás a pensar desde esa programación.

    El conflicto interno que sentís entre lo que pensás y lo que sentís existe porque fuiste programado antes de poder pensar por vos mismo. La palabra instaló el programa, y ahora ese programa dirige tu pensamiento.

    💭 El Experimento que Prueba Todo

    Hacé esta prueba cuando tengas un conflicto. Decite a vos mismo:

    «No hables, no hables, no hables, no hables, no hables, no hables.»

    Y fíjate cómo el pensamiento se detiene.

    ¿Por qué? Porque el pensamiento existe porque vos hablás—hacia afuera tuyo o hacia adentro tuyo, pero estás hablando. Cuando te callas y hay silencio verdadero, se detiene el habla, se detiene el pensamiento.

    «Antes que te enseñaran a hablar, vos ni pensabas ni sentías. Esa mente del pensar y del sentir estaban totalmente libres, totalmente vacías.»

    😤 Tu Propio Pensamiento Te Está Jodiendo

    Ahora que aprendiste el lenguaje, ¿qué hacés? Estás hablando permanentemente. Contando todo lo que pensás y todo lo que sentís acerca de las situaciones, de las personas. Estás permanentemente:

    • Criticando
    • Opinando
    • Juzgando

    Y eso es lo que te jode: tu propio pensamiento.

    Ahora, si te callas—si realmente te callas afuera y adentro tuyo—no te jode más nadie. Ya no existe el pensamiento, se paró. Es como que el péndulo entre el pasado y el futuro quede en el presente. No hay más pensamiento. Estás viviendo en el espacio sin pensar, porque se cayó el lenguaje.

    🏷️ La Etiqueta vs El Contenido

    Cuando decimos «enojo», nosotros somos esa palabra que representa el sufrimiento de enojo. Pero en realidad desconocemos ese sentimiento, porque la palabra se ha vuelto más importante que el sentimiento mismo.

    Mirá este ejemplo brillante:

    La etiqueta es lo que dice «leche» y adentro hay vino. La etiqueta puede decir lo que quiera, lo importante es qué hay adentro.

    Lo que está afuera es la palabra, la etiqueta. Lo que está adentro es tu sentimiento, el contenido. Lo que importa es el contenido, no la etiqueta.

    🎭 La Identificación: Tu Cárcel Mental

    Nos identificamos solo con etiquetas:

    • El cuerpo
    • El nombre
    • Las opiniones que tenemos
    • Las críticas que hacemos

    Terminamos siendo esas cosas representadas por palabras. Pero si no existen palabras, no existen etiquetas, no existe centro. Entonces, solo queda la cooperación, el amor, el vacío.

    🔄 ¿Cómo Me Convierto en Lo Nuevo?

    Tenemos que dejar la memoria. La memoria es todo lo que hablás, lo que habla tu pasado. Etiqueta todo:

    • «Mi mamá es así»
    • «Mi papá es así»
    • «Mis compañeros son así»

    ¿Y de dónde nace eso? De tu palabra.

    Ahora, si no hablás—si no hablás ni hacia adentro tuyo que tu compañera es así, que tu mamá es así—tu pensamiento no existe. Existe porque el centro es la palabra.

    «Tenés que tener mucho cuidado con lo que hablás.»

    ⛓️ La Cadena Completa: Hablar → Pensar → Sentir

    Ahora mirá cómo funciona la cadena completa. La palabra activa el pensar. Si no hablás, no pensás. Pero hay más:

    «El hablar hace el pensar, y el pensar hace al sentir. Pero son dos mentes diferentes en tu cuerpo: una siente, la otra piensa.»

    ¿Dónde está la mente que piensa? Es el 5% de acción sobre tu cuerpo. ¿Y dónde está la mente que siente? Es el 95% restante. No tienen nada que ver una mente con la otra. Son dos mentes en tu cuerpo: esta siente, aquella piensa.

    Pero lo que activa todo eso, ¿quién es el centro de todo? El hablar. El habla es el centro.

    De ahí empezás a pensar, y el pensar está junto con el sentir. Empezás a pensar y normalmente despertás un sentimiento sobre lo que hablás. Pero no siempre:

    Pasan 500 hombres y no sentís nada por ninguno. Pasa tu marido y sí sentís algo por él. Los demás todos los ves, no es que no los veas, pero no te despiertan ningún sentimiento.

    💔 Tu Relación No Es Con El Sentimiento, Es Con La Palabra

    Acá viene la pregunta que lo cambia todo:

    ¿Podrías relacionarte con el sentimiento sin nombrarlo?

    ¿Te relacionarías con el enojo sin decir que estás enojada? ¿Te relacionarías con la preocupación sin decir que estás preocupada?

    La respuesta es reveladora: Tu relación no es con el sentimiento, tu relación es con la palabra.

    Pero si dejás la palabra, ¿ahora tenés sentimiento? No. Es una genialidad. Te tenés que dar cuenta de eso.

    «Solo los sentimientos tienen continuidad cuando le ponemos nombre, si no, no. El sentimiento tiene una continuidad cuando vos le ponés un nombre: ‘ahora estoy enojado’, ‘ahora estoy preocupado’. Si no, desaparece.»

    🧘 La Meditación: El Centro Vacío

    ¿Qué es la famosa meditación? Es encontrar ese centro vacío, producto de que no sentís, no pensás y quedás sin habla.

    Cuando la mente no está en el centro como pensador producto de la palabra, de la experiencia pasada que son recuerdos, etiquetas acumuladas… cuando la mente deja de hacer estas cosas, quedamos en silencio y ya no existe un centro ocupado por el yo-ego, que es la memoria, y queda por lo tanto un vacío.

    Ese centro vacío es tu paz interior, eso es Dios dentro tuyo, esa es la creación dentro tuyo. Ahora sos creativa. Si no, sos repetitiva, repetís lo que tenés como programa mental.

    🎯 La Coherencia Entre Las Dos Mentes

    Cuando encontrás ese centro vacío, cuando la mente que piensa (la cabeza – 5%) y la mente que siente (el corazón – 95%) dejan de opinar, juzgar y criticar, entonces ahora adquieren una coherencia.

    Hay amor acá y hay amor acá. Hay abundancia acá, abundancia acá. Ya no hay contradicción entre lo que querés y lo que sentís. Ahora sos coherente.

    «Si ese centro queda vacío, ahora ya no tenés más problemas. El problema era vos pensando.»

    ✨ El Vacío del Centro: Donde Nace el Amor

    Al dejar de identificarte, de no usar palabras, el centro queda vacío. Entonces existe alguien nuevo que no se identifica a sí mismo y a los demás.

    Ha desaparecido quien etiquetaba. ¿Quién criticaba? ¿Quién opinaba? ¿Quién juzgaba? Tu palabra.

    Pero si no hablás hacia adentro, el pensamiento no está más. El que juzgaba ha dejado de hacerlo.

    Entonces, nuestra relación es directa con las cosas que nos rodean: con las personas, con los objetos, con todo. Los observamos realmente, estamos atentos a aprender y allí está el amor.

    Al no etiquetar, consideramos cada sentimiento que surge como un sentimiento puro, perfecto.


    Transcripción Completa de los Audios

    Gustavo: Nosotros tenemos cinco emociones humanas: ira, euforia, preocupación, angustia y miedo. Pero los humanos, que son el pensar y el sentir, tienen una balanza acá para equilibrar. Estas son las emociones humanas y estas son las virtudes espirituales con la cual vos venís: la visión correcta, el pensamiento correcto, la acción correcta, el entendimiento correcto y el esfuerzo correcto.

    Vamos a hablar sobre el pensamiento. Te voy a mandar los audios sobre la visión y el pensamiento y voy a tomar desde acá, que estos audios es lo que continúa a esto hasta terminar el pensamiento correcto.

    ¿Cuál es el centro de donde pensamos?

    Participante: La mente.

    Gustavo: ¿Es la palabra o es el pensamiento? El centro de donde vos pensás…

    Participante: El pensamiento.

    Gustavo: Está bien, pero el centro de que vos pensás. Si no existiera la palabra, no existiera el lenguaje, ¿pensarías algo?

    Participante: Sí, sí.

    Gustavo: El lenguaje que te enseñaron es tu pasado. Porque vos hablás castellano, ¿por qué?

    Participante: Porque me lo enseñaron.

    Gustavo: Te enseñaron castellano. Entonces tu lenguaje, tu palabra y el pensamiento. ¿Estás de acuerdo? Tu lenguaje, todo lo que vos hablás es lo que te enseñaron, ¿o no?

    Participante: Sí.

    Gustavo: Bien. Y si vos no hablaras, y si no hubieses aprendido a hablar, ¿qué pensamiento habría? Antes de que aprendieras a hablar, ¿qué pensamiento habría?

    Participante: Ninguno, creo que ninguno.

    Gustavo: Ninguno. Entonces, ¿cuál es el origen?

    Participante: La palabra.

    Gustavo: La palabra es el origen del pensamiento. Entonces, vos agarrate y decite a vos mismo cuando tengas un conflicto: no hables, no hables, no hables, no hables, no hables, no hables. Y fíjate cómo el pensamiento se detiene. Porque el pensamiento es porque vos hablás hacia afuera tuyo o hacia adentro tuyo, pero estás hablando. Cuando te callas y hay silencio, se detiene el habla, se detiene el pensamiento. Porque la palabra y el pensamiento son lo mismo.

    La palabra es la que le da origen al pensamiento. Vos podés pensar y sentir porque te enseñaron a hablar. Antes que te enseñaran a hablar, vos ni pensabas ni sentías. Esa mente del pensar y del sentir estaban totalmente libres, estaban totalmente vacías. Ahora que aprendiste el lenguaje, vos pensás y sentís. Estás hablando permanentemente o hacia afuera tuyo, contando todo lo que pensás y todo lo que sentís acerca de las situaciones, de las personas. Estás permanentemente criticando, opinando, juzgando. Y eso es lo que te jode: tu propio pensamiento. Ahora, si te callas, no te jode más nadie. Porque al callarte afuera y adentro tuyo, ya no existe el pensamiento, se paró. Es como que en el péndulo, el pasado y el futuro queden en el presente, no hay más pensamiento. Estás viviendo en el espacio sin pensar, porque se cayó el lenguaje.

    ¿Cuál es el centro de donde pensamos? El habla. El habla es el centro, es el núcleo, es de donde salen tus pensamientos. ¿Es la palabra o el pensamiento? Si no utilizamos palabras, si no pensamos con palabras, cuando decimos enojo, nosotros somos esa palabra que representa el sufrimiento de enojo, pero en realidad desconocemos ese sentimiento, porque la palabra se ha vuelto más importante que el sentimiento mismo.

    Ya es importante la palabra. Vos le das importancia a la palabra enojo porque sabés lo que significa. Es el significado del enojo, la palabra. Porque si no, no habría pensamiento sobre el enojo. El centro es la palabra, la etiqueta. Pero si esta pierde importancia, es ahora el contenido lo que queda adentro. Es decir, la etiqueta es lo que dice leche y adentro hay vino. La etiqueta puede decir lo que quiera, lo importante es qué hay, lo que hay adentro. Entonces, lo que está afuera es la palabra y lo que está adentro es tu sentimiento. Lo que importa es el contenido, no la etiqueta.

    Nos identificamos solo con la etiqueta: el cuerpo, el nombre, las opiniones que tenemos, las críticas que hacemos. Nos identificamos con esas. Terminamos siendo esas cosas representadas por palabras, por la etiqueta. Pero si no existen palabras, no existen etiquetas, no existe centro. Entonces, solo queda la cooperación, el amor, el vacío. Pero si abandonamos el miedo a no ser nada, de no identificarnos, abandonamos todo.

    ¿Cómo me convierto en lo nuevo? Tenemos que dejar la memoria. La memoria es todo lo que hablás, lo que habla tu pasado, lo que dice tu pasado. Etiqueta todo: «mi mamá es así», «mi papá es así», «mis compañeros son así». Todo lo etiqueta. ¿Y de dónde nace eso? De tu palabra. Ahora, si no hablás, si no hablás ni hacia adentro tuyo que tu compañera es así, que tu mamá es así, si no estás hablando ni hacia adentro ni hacia afuera, tu pensamiento no existe. Existe porque el centro es la palabra.

    Entonces, tenés que tener mucho cuidado con lo que hablás. Al dejar de identificarte, de no usar palabras, el centro queda vacío. Entonces existe alguien nuevo que no se identifica a sí mismo y a los demás. Aquí, por primera vez, comprendés a lo nuevo. Ya no existe el centro, que es la palabra, que actuaba. Ha desaparecido, se ha eliminado a quien etiquetaba. ¿Quién criticaba? ¿Quién opinaba? ¿Quién juzgaba? Tu palabra. Pero si no hablás hacia adentro, el pensamiento no está más. El que juzgaba ha dejado de hacerlo. Entonces, nuestra relación es directa con las cosas que nos rodean: con las personas, con los objetos, con todo. Los observamos realmente, estamos atentos a aprender y allí está el amor. Al no etiquetar, consideramos cada sentimiento que surge, pero como cada sentimiento puro, perfecto, no sentís nada.


    Audio 2: La Programación Mental y Sentimental

    Gustavo: Bueno, vamos a continuar con el pensamiento. El pensamiento y la palabra son lo mismo. El pensar y la palabra son lo mismo. Es decir, que vos cuando nacés, ¿te enseñan a hablar o te enseñan a pensar?

    Participante: A hablar.

    Gustavo: ¿Por qué? Te enseñan a hablar para grabarte todo y te queda grabado el programa mental y el sentimental. Te grabó todo y después vos empezás a pensar. Por eso es que vos ahora pensás con el corazón y hay cosas que no concuerdan y ya la tenés grabada y se te arma una contradicción tremenda, porque claro, primero te enseñan a hablar y después a pensar. Por lo tanto, la palabra es la que engendra al pensamiento.

    ¿Cuál es el centro de donde pensamos? ¿Es la palabra o es el pensamiento el centro? Si no utilizamos palabras, si no pensamos con palabras hacia afuera o hacia adentro, si no hablás, no hay pensamiento. Cuando decimos enojo, nosotros no somos esa palabra que representa el sufrimiento de enojo, pero en realidad, desconocemos ese sentimiento. Nosotros reconocemos la palabra, pero el sentimiento no, porque la palabra se ha vuelto más importante que el sentimiento. Entonces vos, el sentimiento de enojo es como que no… vos la palabra enojo te despierta lo otro.

    El centro es la palabra, la etiqueta. Pero si esta pierde importancia, es ahora el contenido lo que queda adentro. Si perdés la etiqueta, que es la palabra, queda el contenido. ¿Entendés? Si nos aferramos a la palabra, perdemos. Nos identificamos con ella, nos identificamos solo con la etiqueta: el cuerpo, el nombre, las opiniones que hacemos de nosotros y de los demás. Terminamos siendo esas cosas representadas por la palabra. Y no existen palabras, no existen etiquetas, no existe centro. Entonces, solo queda la cooperación. Cuando no existe nada de eso, ¿y qué es la cooperación? El amor, el vacío. Pero si abandonamos el miedo a no ser nada, de no identificarte queda eso. Es decir, que la palabra, el centro es la etiqueta, la respuesta es el sentimiento. Convertirme en lo nuevo y dejar la memoria.

    Al dejar de identificarnos, ¿está bien? Usando la palabra, de no usar palabras, el centro, ¿cómo queda? Vacío. Entonces, existe alguien nuevo, que es el vacío, que no se identifica a sí mismo y a los los demás. No puede identificar, porque no puede hablar ni hacia adentro ni hacia afuera. Es como viniste y como te creó la creación. Aquí, por primera vez, comprendés a lo nuevo sin lo viejo, sin la etiqueta, sin el que etiqueta todo. Ya no existe ese centro que actuaba, que es la palabra, ha desaparecido, se ha eliminado a quien etiquetaba, el ego. El que juzga o el que juzgaba ha dejado de hacerlo. Entonces, nuestra relación es directa con las cosas que nos rodean, con las que observamos realmente ahora. Estamos atentos a aprender y allí esté el amor. Al no etiquetar, consideramos cada sentimiento que surge.

    El sentimiento no tiene nada que ver con la palabra, pero la palabra tiene que ver con la etiqueta y la palabra despierta el sentimiento. Eso vemos la próxima. Pero te voy a mandar todo esto.

    Participante: Dale.

    Gustavo: Increíble, esto. No sabés lo que es la visión correcta y este es el pensamiento que ya lo empecé. Pero tiene que ver con los cinco sentidos, los cinco sentimientos, los cinco órganos, las cinco vísceras. Cada uno tiene que ver con un pensamiento, con esto, con otro, y es genial, boludo. Ahí te voy a mandar el dibujito, te voy a mandar todo, boludo. Están los cinco órganos, las cinco vísceras, están las cinco emociones, las cinco virtudes escritas. Lo estoy haciendo hacer.

    Participante: Por fin.


    Audio 3: La Cadena Palabra-Pensamiento-Sentimiento y la Meditación

    Gustavo: Bueno. La palabra es la etiqueta. Y la etiqueta es la palabra, despierta al sentimiento. Esa palabra despierta el sentimiento, es decir, que vos tenés que, para vos pensar, necesitás antes hablar. Si vos hablás afuera tuyo o hablás dentro tuyo, tenés que pensar. Pero si vos no hablás, el pensamiento no está. Mirá, dos segundos, seguime en lo que yo te digo: no hables, no hables, no hables, no hables, no hables, no hables, no hables. ¿En qué pensaste?

    Participante: En no hablar.

    Gustavo: Pero, ¿pensaste en algo?

    Participante: No.

    Gustavo: No pensaste en nada. ¿Por? Porque no tenés ningún pensamiento. Ahora te dejo con las agujas puestas y ya empieza, no hacia afuera, no me hablás a mí o a alguien, pero te hablás hacia adentro todo lo que tenés que hacer. Cuando empezaste a hablar, empezaste a pensar. Están, es la palabra y el pensamiento, prácticamente son lo mismo, pero no son lo mismo. La palabra activa el pensar, si no hablás, no pensás. ¿Está bien?

    La palabra y el sentimiento son casi instantáneos, es decir, que el hablar hace el pensar y el pensar, ¿a quién hace? Al sentir. Pero, ¿dónde está la mente que piensa? Y el 5% de acción sobre tu cuerpo y el 5% de acción sobre todo. ¿Y dónde está la mente que siente? No tiene nada que ver una mente con la otra. Son dos mentes en tu cuerpo: esta siente, aquella piensa. Pero lo que activa todo eso, ¿quién es el centro de todo? El hablar. El habla es el centro. De ahí empezás a pensar y el pensar está junto ahí con el habla, está junto con el pensar, el pensar está junto con el sentir. Empezás a pensar y normalmente despertás un sentimiento sobre lo que hablás, normalmente, no siempre. Vos vas viendo edificios, gente y todo y no sentís nada por ninguno. Pero suponete, pasan 500 hombres y no sentís nada por ninguno, pasa tu marido y sí sentís algo por él o sí sentís algo si pasa un amigo. Pero los demás todos los ves, no es que no los veas o no los escuches, sí, pero no te despiertan ningún sentimiento. Ellos sí. Entonces, no siempre te despierta un sentimiento, pero el pensar te despierta el sentir. Cuando pensaste, el sentimiento ya está ahí. ¿Está bien?

    La palabra y el sentimiento son prácticamente instantáneos, pero si hacemos un intervalo entre ellos, podemos descubrir si el sentimiento es distinto a la palabra. Es decir, que el sentimiento es distinto a la palabra, al hablar, pero no al pensar. Este le sigue a este, pero este es distinto a este.

    ¿Podríamos relacionarnos con el sentimiento sin nombrarlo? Esa es la pregunta que yo me hice en ese momento. ¿Vos podrías relacionarte con el sentimiento sin nombrarlo? ¿Te relacionarías con el enojo sin decir que estás enojada? ¿Te relacionarías con la preocupación sin decir que estás preocupada? Entonces, tu relación no es con el sentimiento, tu relación es con la palabra. Pero si dejás la palabra, ¿ahora tenés sentimiento? No. Es una genialidad. Te tenés que dar cuenta de eso.

    Pero, ¿cómo librarnos de un sentimiento que uno ha etiquetado? Ejemplo: el amor, la ira. ¿Cómo liberarte de esos sentimientos si ya lo etiquetaste? Cuando lo etiquetaste, «sí, siento amor por esto», «¿cómo te liberás de eso para no sentirte apegada y tener sufrimiento tarde o temprano?». Debemos descubrir para esto si la palabra es más importante que el sentimiento, si el hablar, la palabra, es más importante que lo que sentís. Y para esto vamos a hacer un intervalo. Es decir, si pensás en términos de palabras, de símbolos, las cosas que hacemos, lo que sucede es que no es un pensador separado del pensamiento. Este pensamiento, que es la palabra, queda en silencio y así es posible relacionarse con el sentimiento a medida que surge. Solo los sentimientos tienen continuidad cuando le ponemos nombre, si no, no. El sentimiento tiene una continuidad cuando vos le ponés un nombre: «ahora estoy enojado», «ahora estoy preocupado», «ahora tengo miedo», «ahora tengo…». Si no, desaparece. Así etiquetamos y reforzamos para comunicarlos a esos sentimientos. Es decir, que el sentimiento es distinto a la palabra y cualquier sentimiento, la palabra lo etiqueta. Al sentimiento, la palabra lo etiqueta. Lo que hacemos, lo que no pensamos en palabras, el pensador y el pensamiento es la palabra y el pensador es distinto entonces al pensamiento. No es bueno eso. No es bueno porque eso te hace mal, no te hace bien, porque estás etiquetando.

    Lo último: meditar o mente en silencio, mente pura o conciencia. Cuando la mente no está en el centro como pensador producto de la palabra, de la experiencia pasada que son recuerdos, etiquetas acumuladas y clasificadas en comportamiento. Cuando la mente deja de hacer estas cosas, quedamos en silencio y ya no existe un centro ocupado por el yo ego, que es la memoria, y queda por lo tanto un vacío.

    Entonces, cuando dejás de etiquetar las cosas, de opinar, de criticar, de juzgar, ahí queda ese centro, que es la palabra, ya dejaste de hablar, dejaste de etiquetar. Entonces, ese centro, ¿cómo queda? Vacío. Esa es tu paz interior, eso es Dios dentro tuyo, esa es la creación dentro tuyo. Ahora sos creativa. Si no, sos repetitiva, repetís lo que tenés como programa mental. Y el programa que tenés en realidad son palabras, son etiquetas. Y esas etiquetas, ¿cómo es? El pensar produce el sentir, pero el hablar produce el pensar. Estás en el horno.

    Estas son palabras que dan existencia al sentimiento y fortalecen a la memoria. Pero debemos saber comunicarnos con la mente en lo que el experimentador y la experiencia son lo mismo. Es decir, ¿cuándo el experimentador y la experiencia son lo mismo? Cuando queda ese centro vacío. Dejaste de etiquetar, entonces el yo, que es la mente humana, se disuelve en el mar, el río se disuelve en el mar, que es la conciencia humana. ¿Y qué es la conciencia? Tus virtudes espirituales. Entonces ya te das cuenta que no hace falta pensar para resolver un problema, porque el que te causó el problema fue el pensamiento. Si ese centro queda vacío, ahora ya no tenés más problemas. El problema era vos pensando.

    Esto es la meditación. La famosa meditación es esa. Cuando encontrás ese centro vacío, producto de que no sentís, no pensás y quedás sin habla. Por eso, cuando la mente que piensa, que es la cabeza, y la mente que siente, que es el corazón, el 5 y el 95%, vos no opinás, no juzgás, no criticás, entonces ahora adquieren una coherencia entre la mente que piensa y siente. Hay amor acá y hay amor acá, hay abundancia acá, abundancia acá. No hay abundancia que querés la abundancia, pero realmente sentís y dudás de todo que podés tener toda esa abundancia. No hay una coherencia ahora. Si no, no sos coherente.

    La mente depende de las palabras y estas estimulan los recuerdos. Es decir, la mente depende de las palabras. Esta estimula los recuerdos, los resucitan, le dan vida a una experiencia del yo memoria del pasado, el cual ya ha muerto y no existe. Existe como recuerdo en el presente, si no no puede existir. En este proceso, la mente vive en el pasado o en el futuro. En el pasado no es que vive en el pasado, sino que recordás en el presente, y en el futuro no es que vive en el futuro la mente, sino que imaginás en el presente. Todo en el presente. Y por esto es que la palabra tiene importancia neurológica o psíquica. Nada más que por eso. Si vos te abstenés de eso, es perfecto. ¿Se entendió?

    Participante: Sí.

    Gustavo: Fantástico. Ahora ya tengo que seguir con la acción correcta.

  • Derribar las Barreras: Por Qué las Etiquetas Nos Separan del Amor

    Derribar las Barreras: Por Qué las Etiquetas Nos Separan del Amor

    «¿Es posible vivir y cooperar juntos en este mundo? Mientras nos identifiquemos como individuos con religión, nacionalidad o pensamiento, habrá división. Hablamos de fraternidad, pero en el fondo estamos como perros y gatos.»

    Esta es quizás la pregunta más urgente de nuestro tiempo: ¿Podemos realmente cooperar y vivir juntos? ¿Pueden las virtudes espirituales coexistir con nuestro ego que piensa y siente? La respuesta revela una verdad incómoda sobre nuestra supuesta fraternidad.

    🏷️ La Trampa de la Identificación

    Si vos y yo nos identificamos con un objetivo, el interés es mutuo, tenemos la misma intención. Pero aquí está el problema: la identificación produce una división siempre.

    Vos te identificás con algo y el otro se identifica con el extremo opuesto:

    • Vos sos de un partido político, el otro es del opuesto
    • Vos sos de la religión católica, el otro es judío
    • Vos sos de una nacionalidad, el otro de otra
    • Vos sos de esto, el otro es de lo otro

    Entonces, esa identificación nos separa inevitablemente.

    Ejemplo: vos sos católico y yo hindú. Ambos practicamos la fraternidad, pero en el fondo estamos como perros y gatos. Cada uno tiene sus propias creencias. Hablamos de fraternidad, pero no es así.

    🎭 El Autoengaño de la Fraternidad Superficial

    No solucionamos así nada porque en lo profundo estamos divididos. Vos sos católico y yo soy hindú, por ponerte un ejemplo. Solo encontramos la forma teórica de la solución, pero en lo profundo estamos uno contra del otro.

    «Hasta que no se derribe esa barrera del autoengaño, es imposible la integración, la cooperación, el amor.»

    Mientras no derribemos las barreras de nuestras creencias—que son las que limitan nuestra emoción para poder cambiar de tristeza en alegría, de odio en amor, de preocupación en ocupación—no va a haber integración, no va a haber amor.

    🌍 Las Divisiones Concretas: Todos Contra Todos

    Mientras nos identifiquemos como individuos con religión, nacionalidad, pensamiento, etcétera, va a haber división.

    Las divisiones están en todos lados:

    – Ve un extranjero y surge el rechazo por diferencias históricas
    – El musulmán con el judío
    – Un partido político contra otro
    – Una ideología contra otra

    Y así, todos contra todos. ¿Por qué? Por la identificación, la nacionalidad, la religión, la cultura. Nunca existe cooperación de esa manera.

    Somos lo mismo, estamos hechos de lo mismo. Pero las etiquetas nos dividen.

    🏛️ El Ejemplo Político: La Guerra Perpetua

    Vemos un partido político opuesto a otro. Cada uno entiende los problemas sociales, económicos, educativos, de salud—todo de distinta manera—generando una guerra perpetua entre ellos.

    Y así no se está dispuesto a resolver el problema de la gente. Solo le interesan las teorías que resuelven los problemas superficiales, no los problemas reales.

    «¿Se entiende entonces que es muy difícil cooperar el pensamiento con las virtudes espirituales? Excepto que vos empieces a integrar ese amor.»

    🏷️ ¿Por Qué y Para Qué Etiquetamos?

    Viste que nosotros etiquetamos todo. Una religión, una profesión, una nacionalidad. «¿Quién sos vos? ¿Qué hacés?» Necesitamos etiquetas.

    Existe un núcleo, un centro, de donde uno juzga, actúa y etiqueta. Este núcleo es nuestra memoria oculta—lo que pensamos y lo que sentimos como humanos. Es el pasado que se expresa a través del presente.

    Este centro que se nutre del pasado no podrá haber comprensión total del presente, porque se nutre del pasado diciéndote cómo tendría que ser el presente. Y el presente es total, mientras tu pasado analiza parcialmente esa totalidad.

    ⚙️ El Centro que Divide: Acepta o Rechaza

    Mientras actúe este centro—ese ego que piensa y que siente—las cosas no podrán ser lo que son en el presente por estar condicionado por tu programa ya grabado, con distintas experiencias que hemos nombrado y etiquetado.

    Así el centro rechaza o acepta, divide si es o no es, de acuerdo a los recuerdos dolorosos o placenteros.

    🧪 La Química del Recuerdo: El Cuerpo Responde

    Cuando recordás momentos dolorosos, el sentimiento hace que tu cuerpo empiece químicamente a funcionar con sustancias de dolor y físicamente termines con dolores.

    Pero si te acordás de momentos placenteros, entonces tu sentimiento hace que se despierten sustancias de relajación, de alegría, de otro tipo de cosas que hacen que tu química y tu cuerpo funcionen diferente.

    «El pensamiento es lo mismo que la palabra. Las etiquetas crean nuestra realidad química y física.»

    💡 La Solución: Derribar las Barreras

    La integración real solo es posible cuando:

    Barreras a Derribar Camino a la Integración
    Identificación con religión Ver la esencia común espiritual
    Identificación con nacionalidad Reconocer nuestra humanidad compartida
    Identificación con ideología Comprender que todos buscamos lo mismo
    Etiquetas y juicios Ver sin el filtro del pasado
    División del centro/ego Integración en el amor presente

    📜 Transcripción Completa

    «¿Es posible entonces vivir y cooperar juntos en este mundo, las virtudes espirituales con el ego nuestro que es el pensar y el sentir?

    Si vos y yo nos identificamos con un objetivo, el interés es mutuo, tenemos la misma intención. Pero la identificación produce una división siempre. Vos te identificás con algo y el otro se identifica con el otro extremo. Vos sos de Milei, el otro es de kirchnerista, vos sos de la religión católica, el otro es judío. Vos sos de esto, el otro es de lo otro. Entonces, esa identificación nos separa.

    Ejemplo: vos sos católico y yo hindú, ambos practicamos la fraternidad, ambos practicamos esa fraternidad, pero en el fondo estamos como perros y gatos. Y esto es lo que cada uno tiene sus propias creencias. Hablamos de fraternidad, pero no es así. No solucionamos así nada porque en lo profundo estamos divididos. Vos sos católico y yo soy hindú, por ponerte un ejemplo.

    Solo encontramos la forma teórica de la solución, pero en lo profundo estamos uno en contra del otro. Hasta que no se derribe esa barrera del autoengaño, es imposible la integración, la cooperación, el amor. Mientras no derribemos las barreras de nuestras creencias, que son las que limitan a nuestra emoción para poder cambiar de tristeza en alegría, de odio en amor, de preocupación en ocupación. Mientras no derribemos la barrera de esa creencia, no va a haber integración, no va a haber amor.

    Mientras nos identifiquemos como un individuo, con religión, nacionalidad, pensamiento, etcétera, va a haber división. Entonces, ya ve un inglés y lo quiere hacer cagar, ve un chileno y lo quiere hacer cagar porque tuvimos pica y que este me y no los aguanto. Somos lo mismo, estamos hechos de lo mismo. El musulmán con el judío y así todos contra todos, ¿entendés? Por la identificación, la nacionalidad, la religión, la cultura. Nunca existe cooperación de esa manera.

    Ejemplo: vemos un partido político opuesto a otro, cada uno entiende los problemas sociales, económicos, educativos, de salud. Todo está de distinta manera generando una guerra perpetua entre ellos y así no se está dispuesto a resolver el problema de la gente. Solo le interesan las teorías que resuelven los problemas superficiales, no los problemas reales.

    ¿Se entiende entonces que es muy difícil cooperar el pensamiento con las virtudes espirituales? Excepto que vos te empieces a ese pecado, a ese olvido, empezar a integrarlo y te empieces a integrar vos en ese amor.

    ¿Por qué y para qué etiquetamos? Viste que nosotros etiquetamos todo, una religión, ¿quién sos vos? ¿Qué hacés? Necesitamos etiquetas. Existe un núcleo, un centro, de donde uno juzga, actúa y etiqueta. Este núcleo es nuestra memoria oculta, lo que pensamos y lo que sentimos como humanos y es el pasado que se expresa a través del presente. Entonces, por eso etiquetamos.

    Este centro que se nutre del pasado, no podrá haber comprensión total del presente, porque se nutre del pasado diciéndote cómo tendría que ser el presente y el presente es total y tu pasado analiza parcialmente la totalidad esa. O yo, cualquiera. Mientras actúe este centro, ese ego que piensa y que siente, las cosas no podrán ser lo que son en el presente por estar condicionado por tu programa ya grabado, con distintas experiencias que hemos nombrado y etiquetado. Así el centro rechaza o acepta, divide si es o no es de acuerdo a los recuerdos dolorosos o placenteros.

    Y si cuando recordás momentos dolorosos, el sentimiento hace que tu cuerpo empiece químicamente a funcionar con sustancias de dolor y físicamente termines con dolores. Pero si te acordás de momentos placenteros, entonces tu sentimiento hace que se despierten, ¿no es cierto? y tu pensamiento, que se despierten sustancias de relajación, totalmente de alegría, de otro tipo de cosas que hacen que tu química y tu cuerpo funcionen diferente.»

    El pensamiento es lo mismo que la palabra. ¿Por qué utilizamos el lenguaje los seres humanos? ¿Para qué sirve el lenguaje?»

  • Agrandar la Consciencia, Achicar el Pensamiento: La Clave del Equilibrio Interior

    Agrandar la Consciencia, Achicar el Pensamiento: La Clave del Equilibrio Interior

    «¿Cómo funciona la mente en el proceso de pensar? La función de la mente es separar, dividir, irse hacia uno de los extremos. Y mientras más pensamos, más reforzamos nuestro ego.»

    ¿Te has preguntado alguna vez cómo piensas? ¿Cómo sientes? ¿Cómo funciona realmente todo este proceso mental que domina tu vida? La respuesta puede sorprenderte: la mente está diseñada para dividir, y esa división es la fuente de todos tus conflictos.

    🧠 ¿Cuál es la Función de la Mente?

    Para descubrir esto, debemos ver lo que la mente hace. Se trata de un proceso de pensar—de lo contrario, la mente no interviene. Es decir, ¿para qué sirve la mente? Para pensar. Y si no pensás, la mente interviene insistiendo: «¿Por qué no estás pensando?»

    Si observamos nuestras creencias—que son nuestras emociones grabadas—vemos que todo esto fortalece el proceso de pensar. El proceso refuerza tu ego. Y cada vez tiene más importancia tu ego y aquello a lo que tu ego le da importancia.

    La función de la mente es separar, es dividir, es irse hacia uno de los extremos del pensar.

    🔀 El Péndulo del Pensamiento: De Un Extremo al Otro

    La mente no puede dejar de pensar en forma aislada y dividida. Se adula a sí misma, al intelecto, al pensar. Te vas de un extremo al otro del pensar: «No lo aguanto» … «Está todo bien». «Esto no sirve» … «Esto es perfecto».

    Hoy está bien y mañana está mal. En la vida vas transitando este camino del guerrero: hoy vas a estar bien y mañana vas a estar mal con tu pensamiento.

    «Pero si te aplicás las virtudes espirituales, siempre vas a estar bien. Porque te das cuenta que el pensar no va a resolver tus problemas.»

    🎯 La División Como Problema Central

    Debemos comprender y trascender este proceso divisorio del pensar que enfatiza tu yo-ego, lo tuyo. Si te das cuenta que el pensar es lo que te está perjudicando, no lo que te está ayudando, entonces vas a dejar de pensar.

    Vas a decir: «No, yo esto no lo pienso. Me dedico a hacer lo que tengo que hacer en el presente y dejo de pensar.» ¿Acaso alguien te pone una pistola en la cabeza para que pienses?

    Si no te va bien es por vos, y si te va bien también es por vos. Hacete cargo de todo lo que te tenés que hacer cargo y dejá de pensar en exceso.

    📏 La Metáfora Brillante de las Líneas

    Aquí viene la enseñanza más poderosa. ¿Cómo se toma consciencia? Te voy a explicar:

    Imagina que dibujo una línea bien grande y una bien corta al lado. Si te digo: «Esta línea chiquita hacela más chica sin tocarla, sin borrarla, sin alejarte.» No se puede, ¿verdad?

    Pero hay una solución: Hacés más grande la línea de al lado, y automáticamente la chiquita queda más chica en comparación.

    «Agrandás tu consciencia y tu pensamiento queda chico. Tu pensamiento queda chico porque tu consciencia se agrandó.»

    El silencio se agranda en vos—ya no juzgás, no opinás, no criticás. Entonces el silencio se agranda y queda chico tu pensamiento.

    Pero si hacés lo contrario—agrandás tu pensamiento y dejás chica tu consciencia—bueno, por eso te pasa lo que te pasa.

    ⚖️ Abandonar los Extremos: El Centro del Péndulo

    Tenemos que polarizarnos correctamente: abandonar los extremos e ir hacia el centro del péndulo, donde negativo y positivo se unen. ¿Dónde? En el presente.

    El pensamiento es una reacción de tu memoria, de tu historia personal, de lo que te contaron—es decir, de lo viejo. Y venís con lo viejo a analizar lo nuevo. Vas a mezclar todo, vas a hacer un lío que no te va a servir.

    Cuando pienso en disciplinarme, en cambiar, en convertirme en alguien, en alcanzar algo, aquí regreso a la división.

    💎 Ya Sos Todo Lo Que Buscás

    Esta es la revelación final y más importante:

    «Uno no puede buscar aquello que ya es uno. Vos ya sos ese amor, entonces no busques el amor en los demás. No tenés que buscar nada porque ya sos todo lo que estás buscando.»

    Todo lo que necesitás buscar, no lo busques, porque todo lo que necesitás buscar, ya sos vos eso.

    🔄 La Cooperación Interior

    ¿Es posible cooperar y vivir juntos en este mundo? Sí, cuando el ego coopera con el silencio, con tu paz interior. Cuando tu pensamiento y tu consciencia encuentran su proporción correcta—la consciencia expandida y el pensamiento en su lugar justo.

    💡 Aplicación Práctica

    Agrandar Consciencia Achicar Pensamiento
    Expandir el silencio interior Reducir el diálogo mental
    Dejar de juzgar y criticar Soltar la necesidad de opinar
    Permanecer en el presente Abandonar pasado y futuro
    Reconocer lo que ya somos Dejar de buscar afuera

    📜 Transcripción Completa

    «¿Cómo funciona la mente en el proceso de pensar? Es decir, ¿cómo pensás vos? ¿Cómo sentís vos? ¿Cómo funciona todo esto?

    ¿Cuál es la función de la mente? Para descubrir esto, debemos ver lo que la mente hace. Se trata de un proceso de pensar, de lo contrario, la mente no interviene. Es decir, ¿para qué sirve la mente? Para pensar. Y si vos no pensás, la mente interviene.

    Si observamos nuestras creencias, las creencias son tus emociones y vos creés y te han grabado esas emociones, esas creencias. Si observamos esas creencias, que son tus emociones, la limitación de tus emociones, los conocimientos, tus experiencias, tus acciones, todo esto fortalece el proceso de pensar. El proceso refuerza tu ego. Es decir, ¿a quién? A tu pensamiento y cada vez tiene más importancia tu ego y a lo que tu ego le da de comer.

    ¿Puede la mente dejar de pensar en forma aislada, dividida? No, no se puede. Y esto se adula a sí misma la mente, al intelecto se adula, al pensar. Porque la función de la mente es separar, es dividir, es irse hacia uno de los extremos del pensar. Te vas de un extremo al otro del pensar, pero es el pensar el que te perjudica. Porque hoy está bien y mañana está mal y en la vida te va a ir transitando el camino del guerrero, hoy vas a estar bien y hoy vas a estar mal con tu pensamiento.

    Pero si te aplicás las virtudes espirituales, siempre vas a estar bien. Porque te das cuenta que el pensar no va a resolver tus problemas y que el pensar es tu condicionamiento por las creencias limitantes que tenés. Debemos comprender y trascender este proceso divisorio del pensar que enfatiza a tu yo ego, a lo tuyo.

    Entonces si vos te das cuenta que el pensar es el que te está perjudicando, no el que te está ayudando, entonces vas a dejar de pensar, vas a decir, no, yo esto no lo pienso, me dedico a hacer lo que tengo que hacer en el presente y dejas de pensar.

    Si no te va bien es por vos y si te va bien también es por vos. Entonces hacete cargo de todo lo que te tenés que hacer cargo y dejá de pensar en exceso. Cuando aparezca, verás cómo es la relación en ese momento, mientras tanto no pienses cómo va a ser la relación ni alimentes esto, ni alimentes lo otro porque no te sirve.

    Así va a haber conflicto de esta manera el pensar constantemente, tenemos que polarizarnos, es decir, abandonar los extremos e ir hacia el péndulo, hacia el centro donde negativo y positivo se unen en el péndulo, ¿en dónde? En el presente.

    El pensamiento es una reacción de tu memoria, de tu historia personal, de lo que te contaron, es decir, de lo viejo y venís con lo viejo a analizar lo nuevo. Vas a mezclar todo, no te va a servir. Cuando pienso en disciplinarme, en cambiar, en convertirme en alguien, en alcanzar algo, aquí regreso a la división. Este yo no está integrado, no está funcionado como un todo porque está dividido en un extremo o el otro.

    Todo lo que hagamos para llegar a la raíz del ego es inútil. En vez de tomar conciencia, nosotros reforzamos el pensamiento. ¿Cómo se toma conciencia? ¿Qué es la conciencia? Si yo te hago una línea bien grande y una bien corta al lado, ¿no es cierto? Y te digo a esa línea, esta línea chiquita hacela más chica, hacela más chica sin tocarla, sin borrarla, sin alejarte. No se puede. ¿Cómo sin borrarla la hago más chica? ¿Cómo sin tocarla la hago más chica? No puedo. La hago más grande al lado y queda esta más chica.

    Agrandás tu conciencia y tu pensamiento queda chico. Tu pensamiento queda chico porque tu conciencia se agrandó. El silencio se agrandó en vos, ya no juzgás, no opinás, no criticás. Entonces el silencio se agrandó en vos y quedó chico tu pensamiento. Ahora vos me hacés esto al revés, agrandás tu pensamiento y me dejás chica tu conciencia. Y bueno, por eso te pasa lo que te pasa, no es por otra cosa.

    Uno no puede buscar aquello que ya es uno, ¿entendés? Vos ya sos ese amor, entonces no busques el amor en los demás. No tenés que buscar nada porque ya sos todo lo que estás buscando, todo lo que necesitás buscar, no lo busques, porque todo lo que necesitás buscar, ya sos vos eso.»

  • El Tiempo Psicológico: La Ilusión que Crea Todo Sufrimiento

    El Tiempo Psicológico: La Ilusión que Crea Todo Sufrimiento

    «El tiempo psicológico es una invención de la mente, un movimiento del pensamiento entre pasado, presente y futuro. Este tiempo psicológico es la raíz del sufrimiento, el miedo y la ansiedad.»

    ¿Alguna vez te has preguntado por qué sufres? ¿Por qué vives entre la ansiedad del futuro y el dolor del pasado? La respuesta está en una ilusión tan convincente que la tomamos por realidad: el tiempo psicológico. Comprender esta ilusión es la llave para liberarse del sufrimiento.

    ⏰ Dos Tipos de Tiempo: Cronológico vs Psicológico

    El tiempo es una invención de la mente. Pero debemos distinguir claramente entre dos tipos:

    Tiempo Cronológico: Es la salida y puesta del Sol, las estaciones, el reloj. Este tiempo es útil y necesario para funcionar en el mundo práctico.

    Tiempo Psicológico: Es la acción del pensamiento que fluye como pasado, presente y futuro. Es el movimiento de la mente que se desplaza constantemente del pasado hacia el futuro y viceversa.

    El pensamiento es el responsable de la creación del tiempo psicológico. El tiempo no existe en la realidad.

    🔄 La Trampa del Tiempo Psicológico

    La mente está atrapada en el tiempo psicológico. Y si está atrapada ahí, está atrapada en el sufrimiento.

    La experiencia es el pasado que produce sufrimiento. La memoria es la que trae el pasado y produce sufrimiento. El futuro es la proyección de ese mismo pasado, y en ese futuro hay ansiedad.

    «Estás todo el tiempo en ese movimiento—del pasado al futuro—en ese sufrimiento constante.»

    😰 El Tiempo Como Causa del Sufrimiento

    El tiempo es la causa del sufrimiento. El sufrimiento es la incapacidad de ver lo que es—es decir, lo que es ahora, en el momento presente.

    La mente está atrapada en el pasado. Al estar atrapada en el pasado, no puede ver el presente. Y al no ver el presente, no puede resolver el problema que tiene en el presente.

    El tiempo psicológico es el responsable del miedo y de la ansiedad. El miedo ES el futuro, la ansiedad ES el futuro. Si estás en el presente, no hay miedo ni ansiedad.

    🔓 La Liberación del Tiempo

    La mente tiene que liberarse del tiempo psicológico para liberarse del sufrimiento. Esta liberación no es un resultado, es una comprensión de lo que es.

    Es comprender lo que es el tiempo. Y cuando comprendes que el tiempo psicológico es una ilusión, ahí te liberas de ese sufrimiento.

    «Liberarse del tiempo es una acción en el presente. No es una práctica, no es una técnica, no es un ideal. Es una acción en el presente, de lo que es.»

    📚 El Problema del Conocimiento Pasado

    El pasado es la memoria. La memoria es el conocimiento, y el conocimiento es el pasado. Tu conocimiento es todo lo que tienes de tu pasado. Y con ese conocimiento quieres resolver el presente. Y no puedes. Porque lo que tienes es viejo.

    La mente tiene que vaciarse del pasado. Y al vaciarse del pasado, es libre. Y al ser libre, no hay tiempo psicológico. Y al no haber tiempo psicológico, no hay sufrimiento.

    🔧 El Uso Correcto del Pasado

    Es importante distinguir: el pasado es necesario para la acción técnica. Por ejemplo:

    • Manejar un auto requiere el conocimiento pasado
    • Ir a comprar pan requiere saber dónde está la panadería
    • Las habilidades técnicas dependen de la memoria

    Esto es lo que te da el pasado y te ayuda en lo práctico.

    Pero el tiempo psicológico en las relaciones, con las personas, lo que te genera es sufrimiento. En la relación con las personas, el pasado lo que hace es generar problemas.

    🎭 El «Yo» Como Tiempo Acumulado

    El «yo» o el «ego» ES el pasado. Es la acumulación de experiencias. Y como es el pasado, es el tiempo. Y como es el tiempo, es el sufrimiento.

    «El ‘yo’ está en el pasado, no puede estar en el presente. Entonces, el ‘yo’ no puede resolver ningún problema.»

    Por lo tanto, el «yo» debe cesar. Cuando cesa el «yo», no hay tiempo psicológico. Y al no haber tiempo psicológico, no hay sufrimiento.

    🌅 La Mente Atemporal en el Presente

    La mente debe estar en el presente, no en el pasado ni en el futuro. La mente en el presente es una mente atemporal. Es una mente que está en el aquí y ahora.

    Es una mente que está:

    – En silencio
    – En quietud
    – En amor

    Y es en ese silencio, en esa quietud, donde se revela la verdad. Y es en esa verdad donde está la solución a todos los problemas.

    💡 Resumen Práctico

    Tiempo Cronológico Tiempo Psicológico
    Real y necesario Ilusión mental
    Sol, luna, estaciones, reloj Pasado, futuro, memoria
    Útil para funcionar Causa sufrimiento
    Acción técnica Problemas en relaciones
    Presente práctico Ansiedad y miedo

    📜 Transcripción Completa

    «El tiempo psicológico. El tiempo es una invención de la mente. Hay un tiempo cronológico, que es la salida y la puesta del Sol, y el tiempo psicológico es la acción del pensamiento que fluye como pasado, presente y futuro.

    El pensamiento es el responsable de la creación del tiempo psicológico. El tiempo no existe en la realidad. La mente está atrapada en el tiempo psicológico. Y si está atrapada ahí, está atrapada en el sufrimiento.

    La experiencia es el pasado que te produce el sufrimiento. Y la memoria es la que te trae el pasado y te produce el sufrimiento. Y el futuro es la proyección de eso mismo. Y en ese futuro hay ansiedad. El tiempo psicológico es un movimiento de la mente que se desplaza del pasado hacia el futuro y viceversa. Es decir, estás todo el tiempo en ese movimiento, en ese sufrimiento.

    El tiempo es la causa del sufrimiento. El sufrimiento es la incapacidad de ver lo que es, es decir, lo que es ahora, en el momento presente. La mente está atrapada en el pasado. Y al estar atrapada en el pasado, no puede ver el presente. Y al no ver el presente, no puede resolver el problema que tiene en el presente.

    El tiempo psicológico es el responsable del miedo y de la ansiedad. El miedo es el futuro, y la ansiedad es el futuro. Si vos estás en el presente, no hay miedo y no hay ansiedad. Si vos estás en el presente, no hay tiempo. Por lo tanto, no hay sufrimiento.

    La mente tiene que liberarse del tiempo psicológico para liberarse del sufrimiento. Esta liberación no es un resultado, es una comprensión de lo que es. Es comprender lo que es el tiempo. Y cuando vos comprendés lo que es el tiempo psicológico, que es una ilusión, ahí te liberás de ese sufrimiento.

    Liberarse del tiempo es una acción en el presente. Esta es una meditación profunda. No es una práctica, no es una técnica, no es un ideal. Es una acción en el presente, de lo que es.

    El pasado es la memoria. La memoria es el conocimiento, y el conocimiento es el pasado. Tu conocimiento es todo lo que vos tenés de tu pasado. Y con ese conocimiento, vos querés resolver el presente. Y no podés. Porque lo que tenés es viejo.

    La mente tiene que vaciarse del pasado. Y al vaciarse del pasado, es libre. Y al ser libre, no hay tiempo psicológico. Y al no haber tiempo psicológico, no hay sufrimiento.

    El pasado es necesario para la acción técnica. Por ejemplo, vos manejás un auto y necesitás el pasado, porque sabés manejar. Vas a comprar pan y necesitás el pasado, porque sabés qué tenés que hacer, ir a la panadería. Eso es lo que te da el pasado y te ayuda.

    Pero el tiempo psicológico en la relación, con las personas, lo que te genera es sufrimiento. En la relación con las personas, el pasado lo que te hace es generar problemas.

    El «yo» o el «ego» es el pasado. Porque es la acumulación de experiencias. Y como es el pasado, es el tiempo. Y como es el tiempo, es el sufrimiento. El «yo» está en el pasado, no puede estar en el presente. Entonces, el «yo» no puede resolver ningún problema.

    Por lo tanto, el «yo» debe cesar. Cuando cesa el «yo», no hay tiempo psicológico. Y al no haber tiempo psicológico, no hay sufrimiento.

    La mente debe estar en el presente, no en el pasado ni en el futuro. La mente en el presente es una mente atemporal. Es una mente que está en el aquí y ahora. Es una mente que está en silencio. Es una mente que está en quietud. Es una mente que está en amor.

    Y es en ese silencio, en esa quietud, donde se revela la verdad. Y es en esa verdad donde está la solución a todos los problemas.»

  • Concentración y Atención: La Diferencia que Cambia Todo

    Concentración y Atención: La Diferencia que Cambia Todo

    «Existe un malentendido común entre concentración y atención. La concentración es un proceso de exclusión y resistencia, mientras que la atención es sin exclusión, sin resistencia y sin esfuerzo.»

    ¿Cuántas veces hemos confundido estos dos términos? La mayoría de las personas usa concentración y atención como sinónimos, pero en realidad representan dos estados mentales completamente opuestos. Comprender esta diferencia es crucial para el aprendizaje, la meditación y la resolución genuina de problemas.

    🎯 Concentración: El Esfuerzo del Ego

    La concentración es un proceso de exclusión y resistencia, lo cual es cansador. Es un gran esfuerzo. Por ejemplo, concentrarse en un libro y excluir todo lo demás es un esfuerzo enorme que haces con tu pensamiento.

    La concentración es un acto de limitación que se enfoca en un punto, pero no ve la totalidad. Siempre que hay concentración, hay tensión. No puedes concentrarte en el todo—solo puedes concentrarte en un fragmento de lo que estás viendo.

    «La concentración no produce el conocimiento de la totalidad. Es forzar la mente, y siempre está impulsada por el ‘yo’.»

    **Características de la Concentración:**
    – ❌ Proceso de exclusión y resistencia
    – ❌ Cansador y lleno de esfuerzo
    – ❌ Enfoque fragmentario, no holístico
    – ❌ Genera tensión mental
    – ❌ Impulsada por el ego («yo»)
    – ❌ Tiene un fin o meta específica
    – ❌ Es una práctica, no un estado natural

    🌸 Atención: El Estado Sin Centro

    La atención es lo opuesto. La atención es sin exclusión, por lo tanto no hay resistencia. Y si no hay resistencia, no hay esfuerzo. La atención es un estado de la mente sin ningún centro—es decir, sin el «yo».

    No está el «yo» involucrado en la atención. En la concentración sí está el «yo», en la atención no está el «yo».

    La atención es un estado de quietud, de una pasividad total, una escucha total. Cuando prestas atención, es una escucha total, sin esfuerzo, que es amor.

    **Características de la Atención:**
    – ✅ Sin exclusión, resistencia ni esfuerzo
    – ✅ Estado de quietud y pasividad total
    – ✅ Escucha amorosa y sensibilidad total
    – ✅ Ve la totalidad, no fragmentos
    – ✅ Sin el ego («yo») involucrado
    – ✅ Sin fin ni meta específica
    – ✅ Es un estado natural, no una práctica

    💡 La Atención como Energía Pura

    La atención es un estado de sensibilidad. Es la capacidad de ver la totalidad de un problema, no solo un fragmento. La atención es una energía enorme que no tiene un foco, que no tiene un punto.

    «Cuando prestas atención, lo haces con amor. La atención es una escucha total, sin esfuerzo, que es amor.»

    🧠 El Problema de la Mente Dispersa

    La mente pensante es dispersa. Se distrae muy rápidamente. Y la distracción es un estado de desatención. La mente se distrae y no se concentra, no presta atención—es una desatención.

    Si queremos aprender algo, necesitamos atención, no concentración. Si el observador está presente con su concentración, no puede aprender.

    La concentración es una práctica que tiene un fin, una meta. Te concentras para obtener algo. La atención es un estado que no tiene fin, no tiene meta.

    👁️ Ver Sin Juzgar: La Clave de la Atención

    La atención es ver un hecho tal como es, sin juzgarlo, sin evaluarlo, sin formarse una opinión. Es solo observarlo. La concentración es una acción egocéntrica del «yo». La atención es sin el «yo».

    Al observar un hecho con atención, con esa pasividad, sin el «yo», sin resistencia, el hecho se nos revela en su totalidad, en su verdadera naturaleza. Y ahí el hecho se disuelve—es decir, el problema se disuelve, porque no lo juzgas.

    «Como no lo juzgas, no creas el conflicto. La atención es comprender lo que es, sin ninguna acción del ‘yo’.»

    🕊️ Atención = Libertad

    Cuando hay atención, hay libertad. Porque el «yo» no está activo. Y al no estar activo, hay libertad. Y es en esa libertad donde no hay miedo. Y al no haber miedo, no hay sufrimiento.

    🧘 La Atención como Meditación

    La atención es un estado de meditación. La meditación no es un resultado, no es una práctica—es un estado de atención. Es ese estado en el que la mente está completamente quieta.

    Esta quietud no es un esfuerzo, sino que es un estado de la mente que ve la totalidad. Y es en ese estado de quietud que la mente se purifica. Y al purificarse, la mente se vacía. Y al vaciarse, la mente está lista para recibir lo nuevo.

    La atención, al estar libre del ego, permite ver la totalidad y encontrar la solución.

    ⚡ El Insight Final

    La gente cree que la concentración da la solución. No da la solución. Porque la concentración cansa, limita. Y además, si el «yo» es quien está actuando ahí, el «yo» va a dar el problema, no la solución.

    «La atención, que es sin el ‘yo’, es lo que da la solución, porque ve la totalidad y ve la solución.»

    📊 Comparación Directa

    Concentración Atención
    Exclusión y resistencia Sin exclusión ni resistencia
    Esfuerzo y tensión Sin esfuerzo, quietud
    Con el «yo» (ego) Sin el «yo»
    Ve fragmentos Ve la totalidad
    Tiene meta/fin Sin meta ni fin
    Crea conflicto Disuelve problemas

    📜 Transcripción Completa

    «Hay un gran malentendido respecto a la concentración y la atención. La concentración es un proceso de exclusión y de resistencia, lo cual es cansador, ¿no es cierto? Es de un gran esfuerzo. Por ejemplo, concentrarse en un libro y excluir todo lo demás es un esfuerzo enorme que vos hacés con tu pensamiento. La concentración es un acto de limitación, se enfoca en un punto, pero no ve la totalidad.

    La concentración implica tensión. Siempre que hay concentración, hay tensión. No puedes concentrarte en el todo, solo puedes concentrarte en un fragmento de lo que estás viendo. La concentración no produce el conocimiento de la totalidad.

    La atención es lo opuesto. La atención es sin exclusión, por lo tanto, no hay resistencia. Y si no hay resistencia, no hay esfuerzo. La atención es un estado de la mente sin ningún centro, es decir, sin el «yo». No está el «yo» involucrado en la atención. En la concentración sí está el «yo», en la atención no está el «yo».

    La atención es un estado de quietud, de una pasividad total, una escucha total. Cuando vos prestás atención, es una escucha total, sin esfuerzo, que es amor. Cuando vos prestás atención, lo hacés con amor, a lo que te dicen. La atención es un estado de sensibilidad. Es la capacidad de ver la totalidad de un problema, no solo un fragmento. La atención es una energía enorme que no tiene un foco, que no tiene un punto.

    La atención no es la misma que la concentración. La concentración es forzar la mente, la atención es no forzar la mente. La atención es la quietud.

    La mente pensante es dispersa. Se distrae muy rápidamente. Y la distracción es un estado de desatención. La mente se distrae y no se concentra, no presta atención. Es una desatención.

    Si queremos aprender algo, necesitamos atención, no concentración. Si el observador está presente con su concentración, no puede aprender. La concentración es una práctica que tiene un fin, que tiene una meta. Es decir, vos te concentrás para obtener algo, para un fin. La atención es un estado que no tiene fin, no tiene meta.

    La atención es ver un hecho tal como es, sin juzgarlo, sin evaluarlo, sin formarse una opinión. Es solo observarlo. La concentración es una acción egocéntrica del «yo». La atención es sin el «yo».

    Al observar un hecho con atención, con esa pasividad, sin el «yo», sin resistencia, el hecho se nos revela en su totalidad, en su verdadera naturaleza. Y ahí el hecho se disuelve, es decir, el problema se disuelve, porque vos no lo juzgás. Y como no lo juzgás, no creás el conflicto.

    La atención es comprender lo que es, sin ninguna acción del «yo». Y cuando hay atención, hay libertad. Porque el «yo» no está activo. Y al no estar activo, hay libertad. Y es en esa libertad donde no hay miedo. Y al no haber miedo, no hay sufrimiento.

    La atención es un estado de meditación. La meditación no es un resultado, no es una práctica, es un estado de atención. Es ese estado en el que la mente está completamente quieta. Esta quietud no es un esfuerzo, sino que es un estado de la mente que ve la totalidad. Y es en ese estado de quietud que la mente se purifica. Y al purificarse, la mente se vacía. Y al vaciarse, la mente está lista para recibir lo nuevo.»

    [Intercambio al final:]

    «La gente cree que la concentración te da la solución. No te da la solución. Porque la concentración te cansa, te limita. Y encima, si el «yo» es el que está actuando ahí, el «yo» te va a dar el problema, no la solución.»

    «Entonces, la atención, que es sin el «yo», es lo que te da la solución, porque ve la totalidad y ve la solución.»

  • El «Observador»: La Muerte del Ego y el Nacimiento del Amor

    El «Observador»: La Muerte del Ego y el Nacimiento del Amor

    «El ‘observador’ (nuestro ‘yo’ o ego) es un flujo constante de memoria, experiencias y condicionamientos, no una entidad fija. Este observador no está separado de lo que observa; de hecho, el observador es lo observado.»

    ¿Hay realmente un observador? Esta pregunta nos lleva al corazón mismo de la comprensión espiritual. Para trascender nuestra realidad y con ella nuestros problemas, debemos examinar con precisión radical la naturaleza de este «yo» que creemos ser.

    🌊 La Naturaleza Fluida del «Yo»

    El pensamiento es un movimiento continuo de memoria—sensorial, intelectual, afectiva—en la que se origina el «yo», es decir, el ego, que no es más que el «observador». Pero aquí está la revelación crucial: el observador no es una entidad fija y continua, es un flujo, un movimiento de memoria, un cúmulo de experiencias.

    Este observador no es independiente del objeto observado. Cuando me enojo contigo y tú eres mi problema, yo soy quien observa el enojo que tengo por ti. Es un flujo de mi memoria de todo lo que me hiciste, todo lo que siento por ti, todo registrado. Eso es lo que me genera el problema contigo.

    El observador es el objeto observado. Son lo mismo, no hay separación.

    ⚔️ El Observador: Centro del Conflicto

    El observador es el centro del conflicto. Este es el «yo», es el «ego», es quien divide al mundo en bueno y malo, lo que me gusta y lo que no me gusta, lo que acepto y lo que rechazo. Y esto lo hace supuestamente para resolver un problema, pero cuando divides de esa manera, lo que estás haciendo es crearte un conflicto en tu vida.

    «El ‘yo’, el observador, es la esencia del conflicto, pues está condicionado por la memoria. Esa información grabada es la que te hace ver que tienes que ir de un lado o del otro. Entonces, estás en conflicto permanente.»

    Este conflicto se terminará cuando el «yo», el observador, no sea el centro. ¿Y cuándo no es el centro? Cuando no estás en tu ego.

    💀 La Muerte Necesaria del «Yo»

    El «yo» ha de morir. Pero cuidado: lo que tiene que morir no es el ser, sino el «yo», el «ego», que es ese cúmulo de experiencias, de memoria, de tiempo, de condicionamientos.

    El observador es el pasado, es quien crea la división entre él y el objeto observado. Estás viendo el mundo a través de los ojos del pasado. Todo lo que ves en el presente, lo ves con los ojos del pasado.

    ¿Cómo puedes resolver un problema del presente si lo ves con los ojos del pasado?

    👁️ El Estado de No-Observador

    Cuando no hay un observador—es decir, cuando el «yo» no está activo—no hay conflicto. Cuando estás en un estado de no-ego, no hay conflicto. Eso es lo importante que debe quedar claro.

    Mientras exista el «yo», habrá conflicto. Este conflicto tiene que terminar. El observador ha de conocer la verdad de sí mismo, conocerse a sí mismo. ¿Y cómo se conoce? Se conoce en el presente, no en el pasado. Se conoce en lo que se está viendo, no en lo que se vio.

    🔥 Tú ERES la Emoción

    El «yo» o el «observador» no es distinto de lo observado, es una parte de ello. Es la suma de experiencias, de memoria, de impresiones y reacciones. Todo eso es el «yo», y ese es quien observa.

    «El observador observa la cólera, pero el observador ES la cólera. Tú ERES la cólera. Cuando tienes ira, la ira no te pertenece—tú ERES la ira. Cuando tienes miedo, tú ERES el miedo.»

    Crees que te despegas, crees que no tienes nada que ver con eso. No—tú ERES. Y en ese sentido, como eres, si lo ves de esa manera, eres lo mismo. Y eso es lo que te afecta y te genera el problema.

    🌅 La Disolución: Observar Sin Juzgar

    El «observador» es lo observado—esta es la verdad más profunda y radical. Por consiguiente, al observar la cólera sin ninguna interferencia del pasado, sin prejuicio, sin justificar, sin condenar, sin analizar, la cólera cesa.

    Cuando estás en silencio en tu mente y ves la cólera, simplemente la ves. No dices: «Ay, qué bueno. Ay, qué malo. ¡Ay, esto! ¡Ay, lo otro!» No. Simplemente la ves y no la juzgas. Y en ese momento, la cólera cesa. El problema cesa.

    Sin ninguna reacción o justificación del observador, la cólera deja de existir. Si el observador está en silencio, observando la cólera, no hay «cólera» como tal.

    💖 El Nacimiento del Amor

    Así, la relación entre quien observa y lo observado cambia radicalmente. No hay división, no hay conflicto, no hay tiempo, no hay un «yo» que manipula la cólera. No hay nada.

    «Lo que hay es amor. Lo que hay es Dios. Y cuando estás en ese estado, no hay cólera.»

    🎯 El Autoconocimiento: Medio, No Fin

    Conocerse a uno mismo no es un fin en sí mismo. Cuando te conoces a ti mismo, no terminas ahí. El conocimiento de sí mismo es un medio para un fin: para descubrir lo que está más allá de la mente, más allá del «yo», del «observador».

    🌊 El Silencio Especial

    Cuando la mente está quieta, el «yo» no existe. Es como un río que fluye sin interrupción. Este silencio es de una calidad especial—cuando tienes una mente quieta, es un silencio de una calidad especial, sin tiempo.

    Es en ese silencio donde la verdad puede revelarse y los problemas desaparecen.

    📜 Transcripción Completa

    «¿Hay un observador? Hemos dicho que el observador es lo observado, pero seamos más precisos en la comprensión de esta importante verdad para trascender nuestra realidad. Al trascender nuestra realidad, vos trascendés tus problemas.

    El pensamiento es un movimiento continuo de memoria, tanto sensorial, intelectual, afectiva, en la que se origina el «yo», es decir, el ego, que no es más que el «observador». El observador es el «yo», es el «ego» que está todo el tiempo observando. El observador no es una entidad fija y continua, es un flujo, un movimiento de memoria, un cúmulo de experiencia.

    El observador no es independiente del objeto observado. Si yo me enojo con vos y vos sos mi problema, yo soy el que observa el enojo que tengo por vos, que sos mi problema. Y es un flujo de mi memoria de todo lo que me hiciste y todo lo que yo siento por vos y todo lo que, y lo tengo todo registrado. Y eso es lo que me genera a mí que yo tenga un problema con vos. El observador es el objeto observado. Son lo mismo, no hay separación.

    El observador es el centro del conflicto. Este es el «yo», es el «ego», es el que divide al mundo en bueno y malo. Te guste o no te guste. Esto es lo que me gusta, esto es lo que no me gusta. A esto lo quiero, a esto lo odio. Esto es lo que acepto, esto es lo que rechazo. Y esto lo hago para resolver un problema. Cuando vos lo dividís de esa manera, lo que estás haciendo es crearte un conflicto en tu vida.

    El «yo», el observador, es la esencia del conflicto, pues está condicionado por la memoria. Y esa memoria, esa información que tenés grabada, es la que te hace ver que vos tenés que ir de un lado o tenés que ir del otro. Entonces, estás en conflicto permanente. Este conflicto se terminará cuando el «yo», el observador, no sea el centro. ¿Y cuándo no es el centro? Cuando vos no estás en tu ego.

    Cuando no hay un observador. Cuando no hay un observador, es decir, cuando el «yo» no está activo, no hay conflicto. Cuando vos estás en un estado de no-ego, no hay conflicto. Eso es lo importante que te tiene que quedar.

    El «yo» ha de morir. Lo que tiene que morir no es el ser, sino el «yo», el «ego», que es ese cúmulo de experiencias, de memoria, de tiempo, de condicionamientos. El observador es el pasado, es el que crea la división entre él y el objeto observado. Vos estás viendo el mundo a través de los ojos del pasado. Todo lo que vos ves en el presente, lo ves con los ojos del pasado. Entonces, ¿cómo podés resolver un problema del presente si lo ves con los ojos del pasado?

    Mientras exista el «yo», habrá conflicto. Este conflicto tiene que terminar. El observador ha de conocer la verdad de sí mismo. Ha de conocerse a sí mismo. ¿Y cómo se conoce a sí mismo? Se conoce en el presente, no en el pasado. Se conoce en lo que se está viendo, no en lo que se vio.

    Conocimiento de sí mismo. El «yo» o el «observador» no es distinto de lo observado, es una parte de ello. Es la suma de experiencias, de la memoria, de las impresiones y de las reacciones. Todo eso es el «yo». Y ese es el que observa.

    El observador observa la cólera, pero el observador es la cólera. Vos sos la cólera. Cuando vos tenés ira, la ira no te pertenece, vos sos la ira. Cuando vos tenés miedo, vos sos el miedo. No es que tenés miedo. Vos sos el miedo. Y vos crees que te despegás. Y vos crees que no tenés nada que ver con eso. No, vos sos. Y en ese sentido, como sos, si lo ves de esa manera, sos lo mismo. Y eso es lo que te afecta y eso es lo que te genera el problema.

    El «observador» es lo observado, esta es la verdad más profunda y radical. Por consiguiente, al observar la cólera sin ninguna interferencia del pasado, sin ningún prejuicio, y sin justificar, sin condenar, sin analizar, la cólera cesa. Es decir, vos cuando estás en silencio en tu mente y ves la cólera, simplemente la ves. Y no decís, «Ay, qué bueno. Ay, qué malo. ¡Ay, esto! ¡Ay, lo otro!» No. Simplemente la ves y no la juzgás. Y en ese momento, la cólera cesa. El problema cesa.

    Sin que haya ninguna reacción o justificación del observador, la cólera deja de existir. Si el observador está en silencio, observando la cólera, no hay «cólera» como tal. Este proceso permite la disolución de la cólera.

    Así, la relación entre el que observa y lo observado cambia radicalmente. No hay ninguna división, no hay conflicto, no hay tiempo, no hay un «yo» que manipula la cólera. No hay nada. Lo que hay es amor. Lo que hay es Dios. Y cuando estás en ese estado, no hay cólera.

    Conocerse a uno mismo no es un fin en sí mismo. Cuando vos te conocés a vos mismo, no terminás ahí. El conocimiento de sí mismo es un medio para un fin: para descubrir lo que está más allá de la mente, más allá del «yo», del «observador».

    Y ahí sí te voy a decir lo último para después cerrar. Cuando la mente está quieta, el «yo» no existe. Es como un río que fluye sin interrupción. Este silencio es de una calidad especial. Cuando vos tenés una mente quieta, es un silencio de una calidad especial, sin tiempo. Y es en ese silencio donde la verdad puede revelarse y los problemas desaparecen.»

  • Conocimiento de la Verdad: Observar Sin Prejuicios

    Conocimiento de la Verdad: Observar Sin Prejuicios

    «Para comprender la verdad y resolver nuestros problemas, la mente debe observar sin ideas preconcebidas ni ideales, libre del pasado y de los prejuicios.»

    En nuestra búsqueda por comprender la realidad y resolver los conflictos de la vida, nos enfrentamos a una paradoja fundamental: mientras más intentamos resolver los problemas usando nuestra mente condicionada, más complejos se vuelven. La verdadera comprensión surge cuando aprendemos a observar sin el filtro de nuestras ideas preconcebidas.

    👁️ La Percepción Pura: Ver Sin Filtros

    Si la mente puede ver las cosas tal como son, será capaz de comprender la totalidad. Pero aquí radica el desafío: cuando tenemos una idea, un ideal, un preconcepto o prejuicio, lo que tenemos es una limitación mental que nos hace crear un problema sobre lo que estamos viendo.

    Una cosa es lo que tenemos grabado de la sociedad, la cultura y los demás. Con toda esa información vemos el «problema», pero en realidad no podemos ver el problema porque lo que vemos es nuestra idea sobre el problema.

    Para ver el problema, el problema tiene que ser visto por sí mismo. La mente debe estar libre del pasado para ver la totalidad.

    🪞 El Observador es lo Observado

    Esta es una de las comprensiones más profundas: no hay un observador separado de un objeto observado—somos lo mismo. El que observa el problema es el mismo problema que está observando, porque en su interior está el mismo problema que percibe en el exterior.

    «Todo lo que te sucede en el exterior, que crees que es externo, está en tu interior. Lo ves porque lo tienes en tu interior.»

    Cuando algo nos afecta, nos afecta porque resuena con algo dentro de nosotros. El día que resolvamos eso en nuestro interior, aunque siga existiendo en el exterior, ya no nos molestará ni nos afectará.

    🧠 La Creación de la Dualidad

    La mente pensante es el observador, y lo que observa es el campo del pensamiento—ambos son el mismo fenómeno. Es el pensamiento el que ha creado tanto al observador como lo observado.

    Cuando pensamos en algo, inmediatamente decimos: «Esto es bueno, esto es malo», creando polaridad. Vemos algo y decimos: «Esto es un problema» o «Esto es una solución». Pero lo que estamos viendo es nuestro pensamiento sobre eso, no la cosa en sí misma.

    Si el observador es distinto de lo observado, hay dualidad y conflicto. Pero si el observador es lo observado, ¿dónde hay conflicto? No hay ningún conflicto.

    🌊 La Quietud Mental: Donde Surge la Verdad

    Cuando la mente está en silencio, cesa la actividad del pensamiento y, por tanto, el ego. Es importante entender que el ego no es un centro en sí mismo—el ego es la actividad del pensamiento. Cuando el pensamiento cesa, el ego no existe.

    En ese estado de silencio y quietud surge el amor, y en esta quietud se revela la verdad. Solo esta quietud puede disolver nuestros problemas. La quietud no es un ideal, no es una práctica ni un fin—es la comprensión de la totalidad.

    «La mente es esa totalidad, es el universo. En ese estado de silencio surge el amor, la única fuerza capaz de resolver genuinamente los conflictos.»

    🎭 Acción vs. Quietud: La Diferencia Fundamental

    No estamos acostumbrados a la quietud porque vivimos una vida llena de acción. La acción nos hace sentir que no tenemos problemas—nos distrae y temporalmente los problemas parecen desaparecer. Cuanta más acción tenemos, más distracción y aparentemente menos problemas.

    Pero así pasa la vida hasta que termina, y los problemas ¿dónde están? Siguen ahí. No los resolvimos, solo nos distrajimos.

    El sabio se retira al silencio para escuchar la voz del Espíritu. El Espíritu no habla si no hay silencio en la mente.

    🎧 Escuchando la Voz del Espíritu

    Tu Espíritu no te habla si tienes una mente activa y estás todo el tiempo en el exterior. Cuando cesa la actividad—que no es el final, sino la comprensión de la totalidad—entonces escuchas la voz del Espíritu.

    Y la voz del Espíritu es la que te ayuda a resolver todos tus problemas. Esta no es teoría; es experiencia directa disponible para quien cultiva la quietud interior.

    💡 Sabiduría Práctica para la Vida

    «Cuando la situación es buena, disfrútala. Cuando la situación no puede transformarse, transfórmate tú. Mientras la mayoría se esfuerza por cumplir sus deseos, el sabio trabaja en disminuirlos.»

    📜 Transcripción Completa

    «Conocimiento de la Verdad. Si la mente puede ver las cosas tal como son, la mente es capaz de comprender la totalidad. Y lo importante es no tener ideas o ideales al observar, sino observar con toda la mente el problema. Porque cuando tenés una idea, un ideal, un preconcepto, un prejuicio, lo que tenés es una limitación en tu mente. Y esa limitación hace que vos crees un problema sobre lo que estás viendo.

    Una cosa es lo que tenés grabado de la sociedad, de la cultura, de los demás. Con toda esa información vos ves el problema. No podés ver el problema porque lo que ves es tu idea sobre el problema. Para ver el problema, el problema tiene que ser visto por sí mismo. Así, la mente debe estar libre del pasado, debe estar libre de ese preconcepto para ver la totalidad. La totalidad, para ver el problema en toda su magnitud, hay que dejar de lado todo lo que aprendiste y sentiste sobre eso. Solo de ese modo, la mente puede experimentar y conocer la totalidad.

    El observador es lo observado. No hay un observador y un objeto observado, somos lo mismo. El que observa el problema es el mismo problema que él está observando. Porque en su interior está el mismo problema que está en el exterior. Todo lo que te sucede en el exterior, que vos creés que es externo, está en tu interior, y lo ves porque lo tenés en tu interior. Cuando algo te afecta, te afecta porque está en tu interior. Y el día que resuelvas eso, en tu interior, eso va a desaparecer, aunque esté en el exterior, ya no te va a molestar, no te va a afectar.

    La mente pensante es el observador, y lo que observa es el campo del pensamiento, ambos son el mismo fenómeno. Es el pensamiento que ha creado el observador y lo observado. Es decir, vos, cuando pensás en algo, decís: «Ah, esto es bueno. Esto es malo.» Y creás la polaridad sobre eso. Vos estás viendo algo y decís: «Uy, esto es un problema.» O «Esto es una solución.» Pero lo que estás viendo es tu pensamiento sobre eso.

    Si el observador es distinto de lo observado, hay una dualidad y, por lo tanto, un conflicto. Pero si el observador es lo observado, entonces, ¿dónde hay un conflicto? No hay ningún conflicto. El observador ha creado su propia experiencia del mundo, de los problemas, de lo que le causa dolor, de lo que no. De ese modo, el observador ha de conocerse a sí mismo, disolver la dualidad, y ahí terminan los conflictos.

    Cuando la mente está en silencio, cesa la actividad del pensamiento y, por lo tanto, el ego, que no es el centro, sino que es esa actividad, es decir, el ego, no es un centro en sí mismo, el ego es la actividad del pensamiento. Cuando el pensamiento cesa, el ego no existe. La mente es esa totalidad, es el universo. En ese estado de silencio, de quietud, surge el amor. En esta quietud se revela la verdad, y solo esta quietud puede disolver nuestros problemas. La quietud, por lo tanto, no es un ideal, no es una práctica, no es un fin, sino es la comprensión de la totalidad.

    Nosotros no estamos acostumbrados a la quietud, porque vivimos una vida llena de acción. Y la acción te hace sentir que no tenés problemas. Te distraés y no tenés problemas. Y cuanto más acción tenés, más distracción y menos problemas. Y así pasa tu vida hasta que terminás. Y los problemas, ¿dónde están? Siguen ahí. No los resolviste. Solo te distrajiste. Entonces, el sabio lo que hace es retirarse al silencio para escuchar la voz del Espíritu. El Espíritu no te habla si vos no tenés silencio en tu mente. Tu Espíritu no te habla si vos tenés una mente activa y estás todo el tiempo en el exterior, que es lo que busca el Espíritu.

    Cuando cesa la actividad, que no es el final, sino que es la comprensión de la totalidad, ahí lo que hacés es escuchar la voz del Espíritu. Y la voz del Espíritu es la que te ayuda a resolver todos tus problemas. Y eso te pasa a vos.»

  • Los 5 Elementos: Emociones, Órganos y Virtudes Espirituales

    Los 5 Elementos y el Equilibrio Interior

    «Según el concepto de los 5 elementos, las emociones están ligadas a partes de nuestro cuerpo: la ira al hígado, la euforia al corazón, la preocupación al páncreas, la angustia al pulmón y el miedo al riñón.»

    En la antigua sabiduría de la medicina tradicional china, encontramos un mapa profundo de cómo nuestras emociones se conectan con nuestro cuerpo físico a través de los cinco elementos. Este conocimiento milenario nos revela que cada órgano vital está vinculado con emociones específicas que experimentamos en nuestra vida diaria.

    🔥 Las Cinco Emociones y Sus Órganos

    Las emociones humanas se manifiestan en nuestro cuerpo de la siguiente manera:

    • Ira → Hígado: La cólera y el enojo afectan nuestro hígado
    • Euforia → Corazón: La excitación excesiva impacta el corazón
    • Preocupación → Páncreas: La ansiedad y obsesión afectan el páncreas
    • Angustia → Pulmón: La tristeza y pena impactan los pulmones
    • Miedo → Riñón: El temor y la inseguridad afectan los riñones

    Pero estas emociones son sentimientos que nos han sido grabados a lo largo de la vida. En contraste, las virtudes espirituales son innatas y están presentes para ayudarnos a encontrar un equilibrio.

    ✨ Las Virtudes Espirituales: Nuestro Estado Natural

    Tenemos cinco sentimientos humanos condicionados, pero esos sentimientos son grabaciones que llevamos dentro. Sin embargo, también poseemos las virtudes espirituales—el estado con el que vinimos al mundo, aunque no las recordemos. Estas virtudes están presentes para compensar y equilibrar las emociones condicionadas.

    «Tengamos un equilibrio, no solo entre el día y la noche, el invierno y el verano, sino un equilibrio de las emociones con las virtudes espirituales.»

    🧠 La Dualidad: Mente vs. Corazón

    El conflicto surge de la separación entre el pensador (nuestra mente, el 5%) y el sentir (nuestro corazón, el 95%). Mientras pensemos y sintamos basándonos en patrones y memoria creados por otros, experimentaremos contradicción interna.

    La mente pura ve los objetos sin los conceptos que nos enseñaron sobre ellos. Es la consciencia que observa detrás de nuestros ojos, libre de las grabaciones mentales y emocionales de otros.

    El conocimiento propio, la mente pura, no es parcial sino total en nosotros. Es el verdadero «Yo Soy».

    🌊 La Metáfora del Río y el Mar

    Como bellamente explicó Kahlil Gibran, el estado de creatividad es cuando el pensador se disuelve en el pensamiento, como un río que se da cuenta de su naturaleza al llegar al mar.

    Al principio, el río quiere mantener su identidad separada—como nosotros nos aferramos a nuestras identidades de «madre», «esposo», «profesión». Pero cuando la última gota del río se disuelve en el mar, comprende: «No me he disuelto en el mar, me he convertido en el mar, que es de donde vengo».

    «Cuando todas tus identidades se disuelven, te conviertes en la vida misma y ves la totalidad sin opinar, sin criticar, sin juzgar.»

    🔄 La Integración: Fin del Conflicto

    La verdadera solución no está en mantener la dualidad entre observador y observado, sino en la integración. Cuando el pensador deja de ser un observador separado, se acaba la división.

    Existen dos estados: pensador-pensamiento y observador-observado, pero estos deben estar unidos, no separados. De esa unión venimos, y la dualidad crea la separación como experiencia humana.

    Debemos volver a lo divino, donde está todo unido. Solo así se acaba el conflicto y se acaba el sufrimiento.

    📜 Transcripción Completa

    «Bueno. Entonces, en los cinco elementos, los cinco órganos, los cinco sentidos, los cinco vísceras, los cinco tejidos.

    Las emociones son: el hígado pertenece a la ira, la euforia al corazón, la preocupación al páncreas, la angustia al pulmón, y el miedo al riñón. Esas son las emociones humanas y las que derivan de ellas. Pero las virtudes espirituales son las que están para compensar a esas emociones. Entonces, tenemos cinco sentimientos humanos, pero esos sentimientos humanos son sentimientos que nos han grabado dentro nuestro. Pero tenemos las virtudes espirituales, que es con las que vinimos nosotros, nada más que no las recordamos. Entonces yo se las quiero recordar para que cada uno aplique esas virtudes y equilibre las emociones. Entonces, tengamos un equilibrio en vez de entre el día y la noche, el invierno y el verano, un equilibrio de las emociones con las virtudes espirituales.

    La segunda virtud espiritual es sobre el pensamiento correcto o la intención correcta, y dice: ‘Mientras pensemos sobre la base de un patrón que es nuestra memoria, tanto la que piensa que es la cabeza, el 5%, como la que siente que es el corazón, que es el 95%’. Entonces, en ese 5% tiene relación con nuestro interior, y en ese 95, lo de que sentimos, nuestro corazón, tiene relación con todo lo que siente nuestro cuerpo, química y físicamente. Entonces, mientras nosotros pensemos y sintamos con ese patrón, con esa memoria, creada por otros y grabada en nosotros, habrá contradicción en nosotros. ¿Por qué? Porque debe haber un conocimiento propio, es decir, una mente pura que vea objetos que no tengan lo que te contaron que eran: pared, cuadro… Ese es el pensar. Y el sentir es lo que podés sentir por cada objeto, cada situación. Eso te lo grabaron todo, mientras que la mente pura es la que ve detrás de tus ojos, pero sin lo que te grabaron los demás como pensamiento o sentimiento.

    Entonces, el conocimiento propio, la mente pura, no es parcial, sino es total en nosotros. Es el verdadero ‘Yo Soy’. El ‘Yo Soy’ debe comprenderse a cada instante sin una mente detrás. Debemos hablar, pensar, actuar sin una mente detrás. Así seremos conscientes de cada pensamiento, sentimiento, surgiendo del pasado, de mi memoria. Ese ‘yo’ en relación a todo y sus necesidades, sus deseos, pero únicamente así existe la posibilidad de que en el silencio de la mente se manifieste la libertad tal como es.

    El pensador y el pensamiento. En toda experiencia existe un experimentador u observador, y este es el que impide el estado de creatividad por ser el observador un repetidor de todo lo aprendido, de lo que pensás y de lo que sentís. Si eliminamos el experimentador, vivimos la experiencia total y pura como es.

    El estado de creatividad es el estado en el que el pensador es el pensamiento. El pensador se diluye en el pensamiento. Como dijo Kahlil Gibran, ‘El río se da cuenta que es río cuando va llegando al mar, que todos los ríos van al mar y se empieza a disolver en el mar’. Le agarra una… ‘Se quiere volver sobre sí’, dice, ‘yo no… quiero tener mi identidad como río’, como vos querés tener todas tus identidades de ‘yo’, ‘la madre’, ‘el esposo’, ‘tu casa’, ‘tu profesión’. Querés tener todas esas identidades y te empezás a disolver en el río. Y cuando la última gota del río se disuelve en el mar, dice: ‘No me he disuelto en el mar, me he convertido en el mar, que es de donde vengo’. Entonces, cuando todas tus identidades, el observador, el pensador se disuelve, el pensador y el que siente, y el que piensa, se diluyen en la experiencia. Ahora te convertís en la vida, y ahora ves la totalidad. Ahora no hay más ‘yo’ que vea la vida, sino que es tu verdadero ‘Yo’ el que la ve totalmente, sin opinar, sin criticar y sin juzgar.

    El estado de creatividad es el estado en el que el pensador es el pensamiento. Mientras exista un ‘yo’ que experimente y que quiero algo o convertirme en algo, la acción será dual, dividida, y actuarán por separado pensador y pensamiento, y no existe interacción. Sino que existe siempre un centro activo con la voluntad de ser o de no ser. Cuando el proceso se divide entre experimentador y experiencia, habrá deterioro, habrá lucha y será dual. La integración sucede cuando el pensador deja de ser el observador. Entonces existen dos estados distintos: pensador-pensamiento, observador-observado, pero estos deben estar unidos, no separados. De ahí venimos, de esa unión. Y la dualidad hace esa separación como experiencia humana. Debemos volver a lo divino, donde está todo unido, entonces se acaba el conflicto, se acaba el sufrimiento.»